A medio camino entre Fregenal e Higuera la Real (a medio camino aunque dando un pequeño rodeo...), pasando el cruce en dirección Oliva, llegaréis a un bonito lugar conocido por el gran pilón en que podréis saciar vuestra sed, la fuente de "La Pitera".
Rodeada de campo y perdida entre los terrenos de dos humildes pueblos de la austera Extremadura ¿Acaso estaría entre la lista de monumentos que visitaría un turista?
De su historia yo no sé más de lo que cualquiera puede suponer, que se trata de un lugar donde personas y animales podían pararse a beber en sus largos viajes a pie.
Y parece un lugar corriente, donde nunca pasa nada especial, donde el tiempo transcurre mientras los pájaros cantan, mientras los escarabajos peloteros hacen rodar tranquilos sus bolas de excremento y los grillos hacen cri cri... y poco más. Sin embargo, llegado el atardecer...
El sol se pone en el horizonte y el ambiente se vuelve entre naranja y rojo y parece que el tiempo se para, ¡pero no!, porque sabes que durará poco, que sólo son unos minutos, pero qué minutos, qué intensos, qué hermosos, qué pena que dure tan poco! Si casi no quieres pararte a sacar una foto! Y, por si fuera poco, la sensación de la imagen del ocaso se engrandece con el suave rumor de las aguas que caen sin cesar...
Siempre es conmovedor el ocaso
pero más conmovedor todavía
PD: Abro con esto una nueva sección cuya etiqueta será Puestas de sol y os anuncio que en la próxima os presentaré a Leo, un gran perro que no pudo acompañarnos en esta ocasión pero al que no le gusta perderse una!