viernes, 26 de febrero de 2010

Maldición gitana

VIII

Más recuperados los dos, el uno de su estado de obnubilación y la otra de su crisis ansiosa, El Coplero y la Aurori se encontraban ahora en la recámara de la frutería, desayunando un repugnante café cuyo sabor se veía compensado por el de una exquisita torrija. Mientras la joven hablaba, nuestro amigo no podía salir de su asombro, ya ni se acordaba de esa pena suya por haber aparecido de pronto en un siglo que no le correspondía: la mirada de Aurori le tenía absorbido el seso.

"Por qué lloro, me preguntah... Lloro porque ehtoy mardita, porque sobre mih ehpardah pesa el embruho d'una bruha ghitana que namah quiere verme sufrí y llorá to'r día por un hombre que no quiero por marío. Por eso lloro, señó, por eso voy d'un lao a otro pegándome chocasoh contra la padereh, y me s'orvía ponehle la ramita de canela a lah torrijah y me trompieso con loh adoquineh de lah calleh y cruso sin mirá por er carrí burro y meto loh pinreleh en loh charco, señó, porque m'ha hechisao una ghitana mala queh quiere que me case con su nieto, qu'eh un loco calavera que no sabe tratá a lah muhere como se meresen, con mucho amó, mire úhte, con mucho amó y mucho rehpeto..."

Mientras tanto, El Coplero, perdido en la oscuridad infinita de aquellos ojos de mujer, apenas si se enteraba de lo que Aurori le estaba contando. Ahora sí que estaba confuso... La muchacha, conforme avanzaba en su relato, volvía a exaltarse. Sus lágrimas brotaban de nuevo más gordas y rabiosas, haciendo brillar más si cabe su ya atrayente mirada y su respiración se agitaba y hacía subir y bajar sus grandes pechos redondos, hipnotizando al Coplero...

"... Y como yo no lo quiero, como yo no quiero casarme con esa behtia por domá, la agüela, que eh una bruha ghitana que güele a meao porque no s'ha lavao en su vía, m'echó una mardisión ayer noche, aparesió asín de pronto, como bruha que eh, en mita d'un callehón, me trincó por loh peloh y, mirándome a los'oho me diho que si no me casaba con su nieto, nunca, nunca hamáh en la vía, me enamoraría de otro hombre. Ea, y desaparesió asín como vino, chan, y ya no ehtaba."

El Coplero iba a decirle que no se preocupara, que eso eran cuentos, que no era real, que se enamoraría y se casaría con un hombre bueno y merecedor de su cariño con el que tendría muchos niños guapos como ella y el único embrujo sería el de su querer... Pero ésta lo interrumpió diciendo... A to esto, ¿cómo se llama uhté, señó?


TO BE CONTINUED

*Dibujo: retrato del Coplero, cortesía del Gran Buda Dorado.
martes, 23 de febrero de 2010

Datos

El tiempo pasa, las mentes se abren y una cada vez contempla más posibilidades, formas de vivir, gente con quien relacionarse... cosa que en aquella ya casi lejana (primera) etapa difícil mía hubiera creído imposible. Por si no os estáis enterando, me refiero a mis días de adolescente que, para mi sorpresa y disgusto, me acabo de dar cuenta de que se han ido... o tal vez sólo se están yendo? En cualquier caso, da igual, porque a los que voy a referirme sí pasaron.
La cuestión, a ver si puede ser que vaya al grano, es que quiero hablar de una yo que aun no era la yo que soy ahora. Y esto viene a cuento porque, muchas veces, mientras hablo con algunas de las personas que ahora están en mi vida, pero que antes no estaban, de pronto se ponen de manifiesto lagunas y diferencias que tal vez no alcancemos a comprender precisamente porque nos faltan datos, datos de la otra persona, de aquellos momentos que no conocimos pero que fueron determinantes en la vida del otro o, simplemente, que llenaron gran parte de su tiempo, haciéndole feliz, triste, contribuyendo a convertirla en quien es ahora.
[Disculpad lo enrevesado, no consigo expresarme. Quién fuera Juan Ramón, que con cuatro palabras hubiera tenido...]
Por eso, tal vez, nos desconectemos cuando salen ciertos temas. Temas que nunca estuvieron entre las cosas que llamaron mi atención y que, probablemente, sigan sin estarlo y de los que, por tanto, no puedo hablar ni seguir su conversación. Temas, por otro lado, sobre los que me encantaría conversar largo y tendido con quien estuviera dispuesto a hacerlo.
En fin, todo esto ha venido porque youtube es una fuente de tesoros que remueve mis entrañas y me trae recuerdos de unas tardes grabadas a fuego entre los surcos de mi cerebro. Ahora podéis saber que mientras leíais revistas de moda, os aprendíais las letras de las canciones en inglés, fumábais vuestros primeros cigarros, empezábais a entender de deportes... y a mí todo esto me importaba un pimiento, yo estaba encerrada en el maravilloso mundo de mi cuarto escuchando canciones (que amaré por siempre) como estas:

Tremenda.



Imposible encontrarla en acústico. Ñu...



Con esta conseguí que mi padre me dejara escuchar esta música en el coche:



Y tocaré...


(Por orden de preferencia)

PD: sé que no las escucharéis, pero me gusta que estén aquí. Además, las escucho yo.
PD2: como veréis, lo de la copla vino después.
jueves, 18 de febrero de 2010

Socorro

¿Hay alguien ahí?
miércoles, 17 de febrero de 2010

Y si...

No os asustéis con lo que voy a decir, pero he estado pensando seriamente... si hoy me muero, ¿qué pasaría con mi blog? A menos que hubiera dejado alguna entrada programada para un momento futuro (que ahora mismo, no es el caso), nunca más se volvería a actualizar. Aquellos lectores tan cercanos pero tan lejanos, los que ni siquiera he llegado a conocer personalmente, podrían pensar que he tirado la toalla, que abandono la blogosfera sin decir un triste adiós.
Tal vez algunos se preocuparan y, pasado el tiempo, dejasen un comentario exigiendo nuevas historias disparatadas o, al menos, una explicación del por qué de mi ausencia (aclarar que esos comentarios nunca verían la luz al quedar pendientes de moderación por ser posteriores a cuatro días desde la publicación de la entrada en cuestión). Incluso sería posible la adhesión de algún seguidor tardío, quién sabe. Ya que me voy emocionando, lo mismo una editorial famosa descubre mis relatos y decide publicarlos bajo la firma de Almendra Puck y, aunque póstuma y con nombre falso, alcanzo la fama. En ese caso, quiero que todo el dinero que me corresponda lo administre mi madre, ella sabrá darle buen uso (para encontrarla preguntar, por ejemplo, a la Srta. Tulp, ella les pondrá en contacto).
Podría darle mi contraseña a alguien para que hiciera pública mi muerte en mi propio blog, pero claves y contraseñas son secretos que no puedo revelar, salvo la del sevici, que todo el mundo se la sabe. Y voy a ir terminando porque ya me estoy flipando mucho y al final voy a acabar despidiéndome para siempre de todos vosotros no vaya a ser que esta noche la palme mientras duermo. En fin, por si acaso, sepáis que me encanta saber que estáis ahí, al otro lado de la pantalla, dejéis huella o no.
Ah, y otra cosa, en mi entierro quiero que pongan música (la parte emocionante del Réquiem de Verdi concretamente, Buda sabe cuál es) y que cuenten un chiste lo menos malo posible y, si puede ser, apto para todos los públicos. Mi madre dice que no tiene gracia porque por mucho que yo me empeñe tengo que pensar que habrá gente ese día que esté triste y no tenga ganas de guasa, pero yo lo siento, es mi voluntad.
Bueno, y dicho esto os voy a decir hasta mañana, que deciros adiós me da miedo. Lo dicho, hasta mañana!
*Recomendación: dale caña al volumen para escuchar el siguiente video.

martes, 16 de febrero de 2010

El despertar

VII

Si Er Cigarra ha desaparecido, si el partido al que venía no es este, si el viejo de las pipas no es viejo, los canis ni siquiera existen y la gente es educada, los niños llevan pantalón corto aunque no sea verano, el sexo femenino brilla por su ausencia, y si, para rematar, me parece que lo veo todo un poco así como que en blanco y negro y con granito de película antigua... No puede ser otra cosa, ¡estoy por lo menos sesenta o setenta años atrás!

Y no se equivocaba. He aquí el misterio misterioso que envuelve la historia de nuestro amigo er Coplero en una bruma insondable que yo, por mucho que me devane los sesos, no soy capaz de atravesar para alcanzar a comprender lo que me cuenta este muchacho.

Como para no estar confundido, como os dije noches atrás. Dos días estuvo el pobre infeliz vagando desorientado sin saber qué hacer ni dónde ir, sin saber si realmente esto le estaría pasando o sería que se había vuelto loco de tanto soñar con la copla y con un mundo de peinetas y volantes y lunares y abanicos. O si tal vez todo se trataba un castigo divino por no haber valorado los tiempos felices en que vivía y haber deseado nacer en esa España reprimida de la que tantos pagarían por salir sin que fuera con los pies por delante.

Dos días y tres noches. Sin comer, sin dormir, sin hablar con nadie. Caminando, sólo caminando y, con la mirada perdida, tarareando de vez en cuando la letra de una coplilla... Embihte, toro bonito, embihte por cariaaá... Morí se me importa un pito, pueh nadie me iba a lloraá... Así hasta que al tercer albor que fue a vivir nuestro hombre perdido por el pasado, no me preguntéis en qué año porque sigo sin aclararme, se fue a topar con la Aurori, la frutera con la fruta más sabrosa de toda la comarca sevillana.

Mas no fue la imagen penosa de la pobre Aurori llorando en el escalón de la iglesia de San Andrés, a las siete y poco de la mañana, la que vino a despertar al Coplero de la modorrera con que ya se había acostumbrado a vivir. Tuvo ésta que levantar la cabeza y quitarse los rizos de la cara para que nuestro amigo viera sus ojos negros llorosos y saliera del coma profundo.


...Continuará...
viernes, 12 de febrero de 2010

Relax II

Hoy no sólo será el día de los que se quedan encerrados en el coche mientras fuera llueve y los que vamos sin paraguas nos mojamos. Hoy será el día de llegar a casa y tumbarse en el sofá y publicar una entrada para comunicarlo al mundo. Será el día de escuchar una canción que te guste especialmente, de hacer como que vas a leer un libro y abandonarlo en la segunda hoja, de zappear y verlo todo y no ver nada. De hacerte una infusión, de mirar el techo, de comer chocolate, de cenar bocata... Si no te lo habías planteado, yo te invito, que aun no es tarde.


miércoles, 10 de febrero de 2010

Jamones de barra negra

Para que no penséis que exagero... Así estudiamos por aquí mientras Charada hoy nos ha hecho una comida padrísima...

martes, 9 de febrero de 2010

La canción

Siempre es divertido escuchar a este fenómeno. Creo que tiene tanta originalidad que a veces la contagia.

domingo, 7 de febrero de 2010

El coplero vagabundo

VI

No sé por dónde empezar
, me dijo él cuando lo encontré y me digo yo ahora que, de una vez por todas, he decidido sentarme a intentar ordenar esta historia, que no tiene ni pies ni cabeza, porque os debo su continuación. Empezaré, pues, lo más parecido posible a como un buen día ya di comienzo:

Entonando coplillas por lo bajini, melancólico porque si no no sería él, nostálgico ahora de una época en que ya vivió, pero sintiéndose encajado por fin en la realidad espacio-temporal que le correspondía... er Coplero recorría las calles del centro de la ciudad sevillana en una noche tan lúgubre como lo fueran aquellas primeras de otoño en las que os empecé a contar.

Confundido. Confundido, sí, esa era la palabra clave para la entrada de hoy. Vagando cual mendigo, hambriento y desaseado, por las calles solitarias, nuestro amigo no podía parar de preguntarse cómo habría podido ocurrir. Recuerda que entró en el Ramón Sánchez-Pizjuán junto al singular Cigarra. Recuerda los empujones, la marabunta, el jaleo y lo que le pareció la luz cegadora de un foco que de repente le apuntase a la cara. Y fue abrir y cerrar los ojos y perder de vista a su fiel acompañante para siempre. Se le antojó que el partido no era el mismo que esperaba, pues los jugadores llevaban una equipación distinta y, además, ¿no se suponía que jugaba el Sevilla contra Depor? ¿Qué narices hacía allí el Real Betis Balompié? Pero lo que más lo desconcertó fue el viejo... El viejo de las pipas y las avellanas, el de siempre, el de la gorra y el canasto de mimbre, que sí, hombre, el de toda la vida, que además era amigo suyo porque de chico alguna vez lo ayudó en la feria a llevar el canasto cuando el pobre ya no podía más, porque ya entonces era viejo el tio! ¡Ése, sí, el que estás pensando! Que justo lo había visto a la entrada vendiéndole una bolsa de kikos a un niño... Bueno, ¡pues, que no era viejo!

Sin saber lo que estaba por venir, el Coplero, más solo que nunca, angustiado, llegó a pensar... Ay... Que no daría yo por empezar de nuevo.



CONTINUARÁ
viernes, 5 de febrero de 2010

Volverán

Los Archivos Secretos siguen dándonos sorpresas y hoy me he encontrado esto que iba a publicar a principio de curso. Al parecer me faltó un poquito de inspiración y dejé la última estrofa inconclusa, pero ahora al releerlo me ha hecho gracia y he decidido rematarlo y dejároslo aquí.

Volverán las lecciones matutinas
en tu cabeza de nuevo a resonar
y, otra vez, soñarás con ventanales
de luz a rebosar;
pero aquellas mañanas soleadas,
de frescura y de brisa al pasear,
aquellas en que te apetecen churros,
esas… ¡no las verás!

Volverán los exámenes malditos
en tu almanaque los días a colorear,
y otra vez a la tarde, aun más penosa,
tu siesta amargarán;
pero aquellas de quien está en Rocío
cuyas notas nos han hecho temblar,
y caernos de culo para atrás,
esas… ¡no volverán!

Y vendrán de un Galán a tus oídos
las palabras hirientes a sonar;
tu corazón en un profundo sueño
tal vez se sumirá;
pero cantando, brincando y sonriendo,
como nosotras solemos estudiar,
cocacola y patatas en la mesa… prepárate:
¡esas también regresarán!

Y VOLVIERON

Que Bécquer me perdone.
miércoles, 3 de febrero de 2010

El lago de los cisnes

Hay tardes en las que se queda para estudiar y se acaba cantando y viendo en youtube las mejores canciones de las pelis de nuestra infancia. El otro día fue una de esas tardes y a mí se me quedó en el tintero una película que se me vino a la mente pero que no busqué. Fue la primera que tuve y con ella ya empecé a martirizar a mi familia siendo aun un moco diminuto. La he encontrado en español, pero se ve mal. Sin embargo, he logrado rescatar este trocito que era uno de mis favoritos sin lugar a dudas...

martes, 2 de febrero de 2010

Drama

Llegar a casa y abrirte una lata de cerveza mientras disfrutas de tu soledad haciéndote la cena, digan lo que digan, es algo maravilloso. Querer adelantar trabajo dejando lista la cena de mañana y que se te olvide en el fuego una vez ya te comiste la de hoy... eso ya es otro cantar. Y aunque sigo con la cerveza porque es una lata de esas grandes y yo tampoco soy una gran bebedora, ahora todo el piso huele a coliflor repocha y blandengue, tanto que empiezo a marearme y hasta me planteo ir a por una pinza de la ropa y ponérmela en la nariz mientras escribo esto, pero eso supondría levantarme del sofá y ya con haber salido a correr cuando se me ha encendido la bombilla de la coliflor he tenido suficiente, que casi me caigo.
Y claro, esto ya no es tan maravilloso y mi post, que iba a tratar sobre otra cosa, dio un giro brutal justo cuando escribí allá por el segundo renglón eso de "...disfrutas de tu soledad haciéndote la cena...", que fue cuando caí en mi despiste (...cena? coliflor? mierda!)
Alargan mi cadena de infortunios, que hoy por hoy tiene como primer eslabón el tema 1 de una asignatura llamada rehabilitación, los españoles por el mundo que martes tras martes nos muestran sus vidas lujosas y felices en países multicolores mientras yo sigo aquí atrapada echando raíces como los geranios de mi balcón, soñando con que algún día vengan a filmar mi vida estudiantil de un programa que bien podría llamarse Españoles en España, que es mucho más lógico.
En fin, que después de todo, aunque sea flotando en una atmósfera acoliflorada (ahora me estoy acordando del chiste de Jaimito cuando se disfrazó de "verdura"), a mí me dais una guitarra e improvisando, improvisando, hacemos de esto una sonata que nos íbamos a mear por la pata y con esto y un bizcocho, me ha salido un pareado sin haberlo preparado, y hasta mañana a las ocho.
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