VII
Si Er Cigarra ha desaparecido, si el partido al que venía no es este, si el viejo de las pipas no es viejo, los canis ni siquiera existen y la gente es educada, los niños llevan pantalón corto aunque no sea verano, el sexo femenino brilla por su ausencia, y si, para rematar, me parece que lo veo todo un poco así como que en blanco y negro y con granito de película antigua... No puede ser otra cosa, ¡estoy por lo menos sesenta o setenta años atrás! Y no se equivocaba. He aquí el misterio misterioso que envuelve la historia de nuestro amigo er Coplero en una bruma insondable que yo, por mucho que me devane los sesos, no soy capaz de atravesar para alcanzar a comprender lo que me cuenta este muchacho.
Como para no estar confundido, como os dije noches atrás. Dos días estuvo el pobre infeliz vagando desorientado sin saber qué hacer ni dónde ir, sin saber si realmente esto le estaría pasando o sería que se había vuelto loco de tanto soñar con la copla y con un mundo de peinetas y volantes y lunares y abanicos. O si tal vez todo se trataba un castigo divino por no haber valorado los tiempos felices en que vivía y haber deseado nacer en esa España reprimida de la que tantos pagarían por salir sin que fuera con los pies por delante.
Dos días y tres noches. Sin comer, sin dormir, sin hablar con nadie. Caminando, sólo caminando y, con la mirada perdida, tarareando de vez en cuando la letra de una coplilla... Embihte, toro bonito, embihte por cariaaá... Morí se me importa un pito, pueh nadie me iba a lloraá... Así hasta que al tercer albor que fue a vivir nuestro hombre perdido por el pasado, no me preguntéis en qué año porque sigo sin aclararme, se fue a topar con la Aurori, la frutera con la fruta más sabrosa de toda la comarca sevillana.
Mas no fue la imagen penosa de la pobre Aurori llorando en el escalón de la iglesia de San Andrés, a las siete y poco de la mañana, la que vino a despertar al Coplero de la modorrera con que ya se había acostumbrado a vivir. Tuvo ésta que levantar la cabeza y quitarse los rizos de la cara para que nuestro amigo viera sus ojos negros llorosos y saliera del coma profundo.
...Continuará...
8 que dejaron huella:
si escuchando el video no se canta ¡Ay, pena, penita, pena
pena de mi corazón,
que me corre por las venas con la fuerza de un ciclón!
es que no se tiene corazón!!!!jajajjajajajja
me inquieta Aurori...y hasta ahí puedo leer!
¡Nada más y nada menos que la gran Lola Flores!
Era capaz de ponerte un nudo en la garganta cuando recitaba, bailaba con una fuerza y un arte que no se podía aguantar y , aunque con poca voz, cantaba también con muchísimo arte. Para la historia han quedado canciones como esta de Pena, penita, pena, La Zarzamora o María de la O.
¡Bonita entrada!
Tengo la radio puesta y está sonando Conchita. Creo que voy a morir xD
ay aurori! q arte tienes hija mía
es la primera cancion q me sé!parece q me va a ir mejor ahora q er coplero esta en el pasado!jajajaja.hablaremos tu y yo de tus fuentes d inspiracion, q m encantan!
Enganchada me tiene el relato.
Yo la música que metes pfff... Tú sabes Almendrita, no es que me motive mucho.
Pero el relato lo devoro.
Me alegro de que os guste.
Buda, mis fuentes de inspiración son tema para rato.
Voleur, si no te gusta la música no la escuches, pero forma parte de la historia, yo qué le voy a hacer.
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