Mientras yo tengo mi blog más abandonao que qué, el Gordo de la Cruzcampo está triste porque le han quitado la barriga. Yo me he solidarizado con él y estoy echando algunos ratos apoyada en su tonel, a ver si poquito a poco, recupera su añorada panza o al menos se le olvida un rato. No es cosa de broma, os lo aseguro, es algo serio. Semejante reducción de estómago en tan poco tiempo... ¿Y es que acaso no os parece falsa su sonrisa en esa nueva imagen? La verdad es que a mí no, será por el fotochó. Si al menos me dejaran salir con él en algunos botellines... Yo es que no entiendo nada.
De todas formas no os preocupéis, que en menos que canta un gallo mi vida vuelve a la rutina del curso (el último, por cierto, por si alguien no se había enterado) y con ello mi inspiración y mi necesidad de refugiarme en la blogosfera, cual huevito, para huir de mis obligaciones. Entonces el pobre mío de la cruzcampo se verá solo, triste y abandonado, que por mucho que ahora nos vengan los franceses con lo de no alterar la realidad y patatín y patatán, a mi amigo el daño ya se lo han hecho, o le van a devolver su tripa de un día para otro?
Y como en esta entrada nada tiene mucho sentido, ahora pongo una canción que no tiene nada que ver, por el simple hecho de que me gusta y me apetece compartirla.