Capítulo VI.
Con su capa celeste y su tutú rosa, Charada se sentía más a gusto q nunca. Al fin vestía como una auténtica supermetadona (término que ella prefería usar después de superar su adicción a la heroína), la única con el Poder de Flipar. Miró a su alrededor y sonrió. Al fin estaba allí. Había pronunciado las palabras mágicas (“Patatín, patatán, flipachín, flipachán, a la casa de Buda quiero ir a parar”) y había aparecido en aquel lugar, un prado verde atravesado por un camino pedregoso que parecía subir una montaña… siguió el sendero con la mirada monte arriba hasta que llegó a lo alto. Allí, encumbrando la cima de tan sublime creación de la naturaleza, se erguía una torre que tampoco podía haber sido creada por el hombre. Era una Torre de Cristal. Charada no sabía por qué no había ido a parar allí directamente en lugar de tener que subir hasta la cima a pie, pero no le quedó más remedio que emprender el camino con tutú y todo.
A la mitad del trayecto se sentía agotada y asfixiada por ese olor repulsivo que impregnaba el ambiente. Se disponía a descansar en una piedra, cuando escuchó una vocecita desesperada gritar “No, por favor, no te sientes aquí, me aplastarás!”. Se dio la vuelta y miró la piedra. Un gusanito pequeño y blanco le sonrió “Gracias!” dijo aliviado, “Soy un gusano de seda, me llamo Pierre”. Charada no salía de su asombro. “Soy un gusano de seda, me llamo Pierre. Gracias por no aplastarme” y volvió a sonreír. Charada lo cogió en su mano con cariño y le devolvió la sonrisa.“Yo soy Charada, encantada”.“Y qué haces aquí?", preguntó el gusano.“Soy una supermetadona, vengo a buscar al Gran Buda Dorado para que me ayude a salvar el mundo de las garras de…” “El Gran Buda Dorado? Yo puedo llevarte hasta él si quieres… pero tendrás que empequeñecer. Tienes que cerrar los ojos muy fuerte muy fuerte y los puños también y mientras, dirás en un susurro que sólo el viento pueda escuchar: "Quiero ser chica y linda como si fuera una guinda” hasta tres veces. Luego cuenta del 5 hacia atrás y finalmente abre los ojos despacito".
Charada siguió sus órdenes y pronto se vio contando…. 5… 4… 3… 2… 1… abrió los ojos y se encontró en un mundo a ras del suelo. Sin pensarlo, subió a lomos del gusano, que no era desagradable como se los suele pintar, sino tierno y suave, como de peluche. Se sentó en un anillo de la parte de atrás. “Agárrate”. El gusano empezó a andar doblando todo su cuerpo y Charada se agarró tan fuerte que temió dañarlo. Antes de que se diera cuenta ya estaban ante el primer peldaño que llevaba hasta la puerta de la torre. En cuanto se bajó de Pierre volvió a su tamaño normal y le dio mucha pena. Lo tomó en sus manos de nuevo, y lo besó. “Gracias por todo, ahora tengo que irme, la Bruja Choni tiene a mis amigas”.
Cuando el gusano oyó aquellas palabras se quedó de piedra. Él conocía bien a esa Bruja. Sin que Charada se diera cuenta, cuando ésta lo fue a dejar sobre una gran hoja, él se coló en un bolsillo de su tutú y allí se quedó agazapado, esperando el momento de la acción.
La puerta de la torre se abrió y Charada entró como Pedro por su casa. Resultó q el cristal de la torre por dentro no era transparente y ésta estaba oscura y llena de velas que iluminaban el techo y las paredes con formas misteriosas. En el centro, sentado en el suelo en actitud meditabunda, se encontraba el grandioso Buda Dorado del que tanto habían oído hablar.
...CONTINUARÁ...
Con su capa celeste y su tutú rosa, Charada se sentía más a gusto q nunca. Al fin vestía como una auténtica supermetadona (término que ella prefería usar después de superar su adicción a la heroína), la única con el Poder de Flipar. Miró a su alrededor y sonrió. Al fin estaba allí. Había pronunciado las palabras mágicas (“Patatín, patatán, flipachín, flipachán, a la casa de Buda quiero ir a parar”) y había aparecido en aquel lugar, un prado verde atravesado por un camino pedregoso que parecía subir una montaña… siguió el sendero con la mirada monte arriba hasta que llegó a lo alto. Allí, encumbrando la cima de tan sublime creación de la naturaleza, se erguía una torre que tampoco podía haber sido creada por el hombre. Era una Torre de Cristal. Charada no sabía por qué no había ido a parar allí directamente en lugar de tener que subir hasta la cima a pie, pero no le quedó más remedio que emprender el camino con tutú y todo.
A la mitad del trayecto se sentía agotada y asfixiada por ese olor repulsivo que impregnaba el ambiente. Se disponía a descansar en una piedra, cuando escuchó una vocecita desesperada gritar “No, por favor, no te sientes aquí, me aplastarás!”. Se dio la vuelta y miró la piedra. Un gusanito pequeño y blanco le sonrió “Gracias!” dijo aliviado, “Soy un gusano de seda, me llamo Pierre”. Charada no salía de su asombro. “Soy un gusano de seda, me llamo Pierre. Gracias por no aplastarme” y volvió a sonreír. Charada lo cogió en su mano con cariño y le devolvió la sonrisa.“Yo soy Charada, encantada”.“Y qué haces aquí?", preguntó el gusano.“Soy una supermetadona, vengo a buscar al Gran Buda Dorado para que me ayude a salvar el mundo de las garras de…” “El Gran Buda Dorado? Yo puedo llevarte hasta él si quieres… pero tendrás que empequeñecer. Tienes que cerrar los ojos muy fuerte muy fuerte y los puños también y mientras, dirás en un susurro que sólo el viento pueda escuchar: "Quiero ser chica y linda como si fuera una guinda” hasta tres veces. Luego cuenta del 5 hacia atrás y finalmente abre los ojos despacito".
Charada siguió sus órdenes y pronto se vio contando…. 5… 4… 3… 2… 1… abrió los ojos y se encontró en un mundo a ras del suelo. Sin pensarlo, subió a lomos del gusano, que no era desagradable como se los suele pintar, sino tierno y suave, como de peluche. Se sentó en un anillo de la parte de atrás. “Agárrate”. El gusano empezó a andar doblando todo su cuerpo y Charada se agarró tan fuerte que temió dañarlo. Antes de que se diera cuenta ya estaban ante el primer peldaño que llevaba hasta la puerta de la torre. En cuanto se bajó de Pierre volvió a su tamaño normal y le dio mucha pena. Lo tomó en sus manos de nuevo, y lo besó. “Gracias por todo, ahora tengo que irme, la Bruja Choni tiene a mis amigas”.
Cuando el gusano oyó aquellas palabras se quedó de piedra. Él conocía bien a esa Bruja. Sin que Charada se diera cuenta, cuando ésta lo fue a dejar sobre una gran hoja, él se coló en un bolsillo de su tutú y allí se quedó agazapado, esperando el momento de la acción.
La puerta de la torre se abrió y Charada entró como Pedro por su casa. Resultó q el cristal de la torre por dentro no era transparente y ésta estaba oscura y llena de velas que iluminaban el techo y las paredes con formas misteriosas. En el centro, sentado en el suelo en actitud meditabunda, se encontraba el grandioso Buda Dorado del que tanto habían oído hablar.
...CONTINUARÁ...
4 que dejaron huella:
super metadona???????me encanta!!!!!!!!!!!!!!!!!si es que esta chica es la verdadera protagonista!!!!el nombre del gusano es el de perro del buda!!!ya verás que contenta se pone cuando lo lea!!
ah,mi garganta estará bien, lo que pasa es que le gusta llamar la atención!!jajja
ooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhh por diioooooooooooooooos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!q fuerte q fuerte q bonito mi pierre como un gusanito!!!!!
ayyyy q chuli!
lo d supermetadona es genial!JAJA
eres como J.K. Rowling cada entrega es mejor xD
jajaja la saga de paco pepe.bueno,espero que metas a sara en algo escatologico,q lo esta deseando.
Publicar un comentario