Hoy voy a hablar de muchas cosas. Y es que últimamente he estado un poco liada, por aquello de vivir febrero en calidad de estudiante, y he tenido que ir aparcando algunas ideas que se me iban viniendo a la cabeza para escribir aquí. Como es lógico, muchas se me han olvidado, otras han quedado sepultadas bajo el peso de montones de términos médicos que también se me irán olvidando y, las que han logrado sobrevivir, se han ido mezclando en un cócktail mortal de la muerte. Veamos lo que sale de él...
Idea 1: Yo creía que los días del hombre recolector se habían terminado; eso fue hasta que el otro día vi desde mi sofá cómo dos especímenes de raza humana y nacionalidad cualquiera menos española, trepaban una pared para coger unas apetitosas naranjas que se dejaban asomar provenientes del más allá de la tapia. Joder, me dio mucha pena, porque yo tengo en mi despensa un montón de naranjas, peras, plátanos y hasta algún que otro kiwi, sólo porque nací con la suerte de caer al otro lado de la ventana. Sin querer recreé en mi mente el capítulo de Barrio Sésamo en que nos enseñaran la diferencia entre dentro y fuera y vislumbré claramente a un lado, los rumanos con las naranjas, fuera, y al otro, yo calentita en mi sofá con el mando y la manta, dentro. Y mirándome hoy al espejo del ascensor me veía y me preguntaba ¿Por qué? Y creí en aquello de que tenemos varias vidas y en cada una pasamos por una cosa a cual más extrema, porque la verdad, sería más justo que vivir sólo una y gozar maravillosamente de tu buena suerte o, por el contrario, pasarlas francamente putas. No obstante esta opinión mía se tambalea ahora, sabréis por qué si llegáis a la idea 3 y seguís mi recomendación.
Idea 2: En estas tardes de clausura no creáis que no me he dado cuenta de algo: la primavera está llegando a la ciudad. Y es que en Sevilla no tendremos nieve en invierno ni playa en verano, pero eso sí, en febrero empieza a brillar el sol y pasado San Valentín la cosa empieza a calentarse... Y no digo más. Esta mañana iba yo con mi bici tan contenta cuando un hombre estornudó: Achís y una señora le grita por la ventanilla de su coche: ¡La primavera! Pues eso, por si os quedaban dudas :P
Idea 3: ... ... ... os queréis creer que se me ha olvidado? pero si tenía cientos! Idea 3, idea 4, idea 5, idea n... Bueno, como me he quedado en blanco, dejaré una cosa más que no requiere un recalentamiento excesivo de mi cerebro: ya que la cosa va de ideas, os recomiendo un gran cortometraje que mi hermano me ha pedido que le baje y que yo acabo de ver y sé que os gustará. Se titula Binta y la gran idea, obra del recientemente tan premiado Javier Fresser. Dura media hora, que ya sé que no es para verlo en los 5 minutos que sacas para meterte en el blog, pero puedes verlo mientras cenas o mientras esperas a que se caliente la pizza o en un ratito de descanso... En fin, mi recomendación ahí queda. Recuerda, Binta y la gran idea.
1ª parte.