lunes, 22 de junio de 2015

Bienvenue!!

Supongo que a estas alturas nadie nos habrá imaginado como princesas de peinados elaborados y vestidos pomposos. El mundo cambia, las princesas cambian, véanse: la princesa Mérida (Brave), la princesa Elsa (Frozen) o la ex-princesa, actual reina, Letizia (vida real). Las dos primeras, almas libres, sin príncipe al final del cuento. La tercera, divorciada y re-casada con un príncipe, vale, pero quién nos lo iba a decir?


Si me he aventurado a colgarnos el título ha sido... Bueno, porque la prota es quien es y ella siempre soñó con un príncipe azul. ¿Qué hay de malo? ¿Quién ha dicho que no existan? Pero si las princesas han cambiado... Los príncipes no iban a ser menos. Ya no vienen a caballo, pueden aparecer andando, en moto en coche... Me pregunto cómo vino éste... Pudo venir aterrizando! Todo es posible, ya lo dije.
La que está por aterrizar es Charada. Con cinturón de seguridad anclada a una nube cardioforme, sobrevuela planetas y asteroides, con irresistible atracción por la luna y una sonrisa propanolólica iluminando su carita angelical.
No me lo podía creer. Allí estábamos, dando un pequeño paseo en una de sus visitas fugaces a la ciudad de torres moras y bla bla bla, y más ancha que pancha la Princesa me suelta (emanando corazones por cada poro de su piel) que hay un candidato al trono con bastantes posibilidades y que (empieza a levitar como un globo de feria con forma de corazón, la bajo, me la ato de un pelo a la muñeca y la dejo que siga hablando) que qué contenta está y que abanibí aboebé (empiezo a pensar que se ha fumado algo) abanibí quiere decir te quiero amor. ¿¿¿¿¿¿¿¿¿?????????
Quise llamar a ese tipo y decirle, eh, quién eres tú y qué has hecho con mi amiga?! Pero claro... Luego recordé. ¡Era normal! ¡Ese estado de hiperglucemia emocional e hiperactividad simpática formaba parte de esa primera fase del enamoramiento! Y en Charada... podría convertirse en algo verdaderamente serio. Sin embargo, estaba feliz. Sus ojos irradiaban destellos de felicidad y hasta en su pelo (sí, su pelo!) se patentaban estos efectos luminosos.


Vale. Las otras princesas del cuento ya no aguantamos más. Bajo el chorro de aire acondicionado, persiguiendo a un lado y a otro la corriente de flama del ventilador, a golpe de abanico, te lo pedimos ¡Queremos conocer al príncipe! Además, con todo lo que le habrás contado sobre nosotras... ¡Él también debe estar ansioso por conocernos! Entonces... ¿a qué esperamos?


Esta historia queda recogida aquí porque me hace ilusión contarla. Porque tu felicidad, Princesa Charada, nos hace felices. Y porque siempre tendrás un papel protagonista en los cuentos del cuarto, que son los cuentos de nuestras vidas :)

PD: Estimado aspirante al trono... Bienvenue!!!

3 que dejaron huella:

BudaDorado dijo...

extra!! extra!!!! el príncipe va a venir a la ciudad de torres moriscas!!!! un pajarito me ha dicho que el fin de semana que viene!!!!

Almendra Puck dijo...

OMG!

BudaDorado dijo...

sigo aqui.... esperando otra entrada...

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