VI
No sé por dónde empezar, me dijo él cuando lo encontré y me digo yo ahora que, de una vez por todas, he decidido sentarme a intentar ordenar esta historia, que no tiene ni pies ni cabeza, porque os debo su continuación. Empezaré, pues, lo más parecido posible a como un buen día ya di comienzo:
Entonando coplillas por lo bajini, melancólico porque si no no sería él, nostálgico ahora de una época en que ya vivió, pero sintiéndose encajado por fin en la realidad espacio-temporal que le correspondía... er Coplero recorría las calles del centro de la ciudad sevillana en una noche tan lúgubre como lo fueran aquellas primeras de otoño en las que os empecé a contar.
Confundido. Confundido, sí, esa era la palabra clave para la entrada de hoy. Vagando cual mendigo, hambriento y desaseado, por las calles solitarias, nuestro amigo no podía parar de preguntarse cómo habría podido ocurrir. Recuerda que entró en el Ramón Sánchez-Pizjuán junto al singular Cigarra. Recuerda los empujones, la marabunta, el jaleo y lo que le pareció la luz cegadora de un foco que de repente le apuntase a la cara. Y fue abrir y cerrar los ojos y perder de vista a su fiel acompañante para siempre. Se le antojó que el partido no era el mismo que esperaba, pues los jugadores llevaban una equipación distinta y, además, ¿no se suponía que jugaba el Sevilla contra Depor? ¿Qué narices hacía allí el Real Betis Balompié? Pero lo que más lo desconcertó fue el viejo... El viejo de las pipas y las avellanas, el de siempre, el de la gorra y el canasto de mimbre, que sí, hombre, el de toda la vida, que además era amigo suyo porque de chico alguna vez lo ayudó en la feria a llevar el canasto cuando el pobre ya no podía más, porque ya entonces era viejo el tio! ¡Ése, sí, el que estás pensando! Que justo lo había visto a la entrada vendiéndole una bolsa de kikos a un niño... Bueno, ¡pues, que no era viejo!
Sin saber lo que estaba por venir, el Coplero, más solo que nunca, angustiado, llegó a pensar... Ay... Que no daría yo por empezar de nuevo.
CONTINUARÁ
6 que dejaron huella:
oh my god!el coplero ha coincidido con nosotras y sin saberlo!!que yo sé quien es el viejo de las avellanas!!sigue contando, plis!!
no sé si realmente llego a coincidir charadita...
ya viene la leñaaaaaaaaaa del coplero.
Charada, qué pena q no te enteres de nada... así cómo vas a ver lost?
joooooooooooo, que ya lo he leido y me he dado cuenta de su viaje al pasado!!
y no, pienso seguir sin ver lost!!!
¡¡Dios!!
¡Qué espectáculo de la gran Rocio!
¡¡Qué maravilla de Azabache!!
¿Lo llegaste a ver completo?
Para mí fué lo mejor de la Expo.
Un abrazo.
Nina, claro que lo he visto entero, como todos los videos que pongo! Si es que la historia del Coplero tiene que estar bien ambientada :)
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