Ay mi madre! Tengo mono de blog, llevo una semana con ganas de actualizar, doña paradela tendrá que disculparme por no participar en su concurso, que lo he tenido colgando en la mente de lunes a viernes; los que se aficionaron a aMIRitmo, ese blog creado por la necesidad de desahogo de este verano miriano, estarán decepcionados, pues no he escrito ni una entrada en condiciones; miles de cosas... bueno, a lo mejor no miles, pero, como dicen allá por Andalucía, cienes, cienes de cosas que se me están escapando últimamente.
El motivo, en parte, es que estoy pasando unos días en La Huerta, un mundo donde a cada paso hay un ecosistema nuevo lleno de vida salvaje que no conocen ni los libros de la Facultad de Biología, donde por el día te metes en la casa fresquita y sólo sales al soporífero mundo exterior para sumergirte en la piscina hasta que se te queden los deos arrugaos (porque yo digo deo y ya que digo deo no voy a decir arrugado), un mundo donde la mañana huele (bien) y la noche (también) y donde se ven luciérnagas y sapos (gordos y diminutos, que ayer cogí uno pensando que era una rana y cuando lo vi a la luz... era un sapo chico y feo) y, cuando la luna te deja, ves estrellas fugaces bonitas y preciosas (porque las hay bonitas y luego, aparte, las hay preciosas).
En fin, y eso es mi vida un poco o un poco de mi vida cuando no estoy estudiando, porque se me ha olvidado deciros que estoy estudiando mucho y sí, queridos amigos cuyo verano también es MIRiano, aunque os lo creáis sólo regular: estoy estudiando mucho (y si no vas y se lo preguntas a mi madre).
Hasta pronto amigos.
El motivo, en parte, es que estoy pasando unos días en La Huerta, un mundo donde a cada paso hay un ecosistema nuevo lleno de vida salvaje que no conocen ni los libros de la Facultad de Biología, donde por el día te metes en la casa fresquita y sólo sales al soporífero mundo exterior para sumergirte en la piscina hasta que se te queden los deos arrugaos (porque yo digo deo y ya que digo deo no voy a decir arrugado), un mundo donde la mañana huele (bien) y la noche (también) y donde se ven luciérnagas y sapos (gordos y diminutos, que ayer cogí uno pensando que era una rana y cuando lo vi a la luz... era un sapo chico y feo) y, cuando la luna te deja, ves estrellas fugaces bonitas y preciosas (porque las hay bonitas y luego, aparte, las hay preciosas).
En fin, y eso es mi vida un poco o un poco de mi vida cuando no estoy estudiando, porque se me ha olvidado deciros que estoy estudiando mucho y sí, queridos amigos cuyo verano también es MIRiano, aunque os lo creáis sólo regular: estoy estudiando mucho (y si no vas y se lo preguntas a mi madre).
Hasta pronto amigos.
3 que dejaron huella:
Perdonada, Almendra mía.
Estudia y disfruta el campo. Ya habrá otra ocasión.
ya me imaginaba yo que tanto aislamiento era fruto de tu agobio. Pues ya que estamos confesando cosas, ahí va lo mío: ¡estoy perdiendo el tiempo!voy mal no, lo siguiente, mis simulacros son tan pestosos qye ya ni me dicen nada y no me memorizo, solo leo esperando que algo se me quede...
Y sí, creo que necesito ayuda profesional...pero gracias por dar señales de vida, Almendrita!
entiendo perfectament q abandones el blog y te pierdas en tu maravillosa huerta.
eso si, no quita que eche de menos tu compañia!!
(q moña me ha quedado, xo es verdad y no me importa)
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