Tendréis que perdonarme mi ausencia. Las cosas se me complican. No se me tuercen, todavía no, pero se me complican. De ahí mi ausencia. Como decía en la entrada anterior, una etapa de mi vida está tocando su fin. Ahora me hallo en una especie de fase transicional que durará unos meses y que, se supone, me llevará hasta la nueva etapa que en un futuro me aguarda. Esta fase transicional de la que os hablo no es un caminito llano lleno de flores y confort. Es más bien una cuesta arriba pedregosa, salvaje y bañada por una atmósfera de calor sofocante. Mis amigos también suben con trabajito y sudores, pero apenas si podemos darnos la mano, porque llegar a la cima es algo que tiene que hacer uno mismo. Eso sí, podemos animarnos y, al fin y al cabo, sabemos que los otros están ahí.
También sé que vosotros, lectores y amigos que llenáis el cuarto, estáis ahí. Yo con esto acabo mi descanso y me voy al mundo bucólico y pastoril donde mi madre me ha preparado oootro cuarto, fresquito y acogedor, a ponerme con mis libros... y donde no hay internet.
Hasta otro descanso... volveré!
También sé que vosotros, lectores y amigos que llenáis el cuarto, estáis ahí. Yo con esto acabo mi descanso y me voy al mundo bucólico y pastoril donde mi madre me ha preparado oootro cuarto, fresquito y acogedor, a ponerme con mis libros... y donde no hay internet.
Hasta otro descanso... volveré!
2 que dejaron huella:
Ánimo, que es poco tiempo. Y estaremos esperándote.
anda, pero si respira y todo!!y deja de dar pena, que el domingo no estuviste encerrada entre cuatro paredes precisamente...falsa fan!!!
Publicar un comentario