miércoles, 7 de julio de 2010

Carta hallada en un desván

Soy una avispa terrera. No sé si algún día alguien leerá esto que estoy escribiendo en mi panal de tierra, pero yo lo hago porque siento la necesidad de desahogarme, tampoco por otra cosa. Me gustaría que otros supieran que a mí tampoco me gusta este mundo en que vivimos. Las de mi especie mueren por hundir su aguijón en seres que, a su vez, quieren matarnos cuando no les hacemos nada. Porque si no nos hicieran nada, acaso creen que les picaríamos? Bueno, algunas así, algunas pican por gusto. Ésas son las que no me gustan de mi especie. Van por ahí, volando como locas, que a veces hasta se caen en las piscinas de lo follás que van, y todo para qué? para picarle a un niño humano? disfrutan con su llanto, son felices durante un breve período de tiempo... luego mueren. No entiendo ese suicidio absurdo. Naciste para eso? para hacer el mal? luego te morirás y ya está? qué habrá quedado de ti? una lesión maculopapulosa y eritematosa de prurito insoportable durante días que le hace a alguien la vida aun más penosa? No me gusta, qué queréis que os diga.
Igual de lamentable me parece el señor que nos persigue con el zapato para matarnos con la técnica del zapatazo. Nos aplastan sin piedad, algunos nos dejan moribundas estampadas contra el suelo o contra la pared, aleteando temblorosas y no se molestan en rematarnos, les da igual que estemos sufriendo, al fin y al cabo ya no les haremos daño. Otros prefieren perseguirnos con un bote de fliflí y no les importa intoxicarse con tal de que nos caiga todo el chorro en lo alto. Parecen no darse cuenta de que somos avispas terreras, no cualquier mosca vulgar, y no es tan sencillo matarnos por esta técnica. La mayoría de las veces nos dejan drogadas, tiradas por cualquier esquina, sufriendo igual que con el zapatazo incompleto. Algunas, con suerte, se recuperan sin secuelas en cuanto abren las ventanas y empieza a circular aire fresco. El resto perece lentamente a lo largo de una noche de agonía o, en ocasiones, quedan atontadas para toda la vida.
Me parece que este mundo no está sano, de verdad me lo parece. Y yo, que no soy más que un siemple himenóptero, me niego a salir de mi panal de tierra porque tengo miedo. Miedo a hacer daño y a que me lo hagan. No quiero ser mala, pero tampoco quiero ser la víctima de otro ser malvado.
Eso es todo.


9 que dejaron huella:

mariajesusparadela dijo...

Contra la picadura, amoníaco, doctora. ¿donde hay amoníaco? en el pis. A veces los humanos sufren tontamente.

Charada dijo...

Pobre, que ves como la gente va como loca para matarte cuando tu solamente quieres volar y pasar zumbando cerca de ellos...y sí, maría jesús tiene razón y el pis vale para eso y para las picaduras de medusa(que FRIENDS nunca miente!!)

Ojos. dijo...

El barro también hace milagros contra las picaduras de abeja. Muy original.

BudaDorado dijo...

tus mejores historias son estas!
oye, una preguntilla, sin presionar... al coplero le ha picado alguna vez 1 avispa???

quantum leap dijo...

pero con miedo no se gana una final de mundial!! hay que ir a por todas, aún arriesgándonos al zapatazo holandés. has visto cómo futbolizo tu entrada?? xD

Almendra Puck dijo...

y si cuando me pica la avispa no me estoy meando tengo requerir los restos amónicos de otro?

Buda, lo del coplero va con segundas? jaja.

BudaDorado dijo...

sutil,verdad?

Almendra Puck dijo...

te tengo calá

Unknown dijo...

Interesante metáfora. En la vida mejor nos iría si sólo nos relacionásemos con la intención de hacer el bien. Qué absurdo invertir esfuerzos en hacer la puñeta a alguien...

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