sábado, 28 de junio de 2008

AL PARTIR...


Se acabó el curso. Sé que me he quejado mucho este año, que he acabado muy harta de los estudios y un poco desilusionada con ciertos sectores de mi querida facultad... pero mañana tengo que irme, volver a mi casa pueblerina donde me esperan familia, amigos y demás compromisos que aun me quedan por aquellos lares y siento una penita dentro que me lleva todo el día persiguiendo, maldita sea.

Por una parte estoy deseando de volver, de reencontrarme con gente a la que veo de jigos a brevas y pasar con ellos unos dos meses que me darán fuerzas para después volver a empezar; de relajarme en la hasiendita familiar campestre y tomar el sol entre zambullida y zambullida y merendar bizcochito casero a la sombra del sombrajo; de empezar a conocer a una nueva personita que ahora está entre nosotros, que es mi primera sobri y a la que tengo que dar este verano la tabarra para que no se olvide de que yo seré forever and ever su tita más guay; y por algunas cosas más, todas de ellas de mucho peso.

Peeeeero, pensar que tengo que salir por la puerta de este piso, cuyas paredes han soportado durante todo este maldito curso mis locuras, mis paranoias, mis alegrías, mis agobios, mis canciones, los más terribles temas incluidos en mis apuntes (como el de proctología esencial), a mis amigos (sí, también os han tenido que soportar a vosotros) y sus correspondientes desvaríos..... y así podría estar hasta mañana, pues eso, pensar que tengo que salir de aquí con la maleta hasta las trancas, mi colección de macetas (incluido el perejil que había conseguido cultivar), mi querido pájaro y Amigo, mi guitarra, libros, apuntes (los necesarios), etc., sólo pensarlo me apena enormemente. Cuando empiezas a recoger todo lo que llevas acumulando durante un curso, piensas "¿Cómo he podido llegar a meter aquí todo esto?", y a medida que vas vaciando cajones, armarios... vas recordando momentos, personas, conversaciones, cosas que tenías pensadas y nunca llegaste a hacer... y un sinfín de historias vividas durante unos 9 meses y que de una u otra manera se han ido estancando aquí, en mi salón, en mi cuarto, en mi cocina... y que ahora no quiero desestancar por miedo a que cuando vuelva, este piso que cuando llegué aun no tenía casi nada mío, se haya desimpregnado de ese ambientillo que yo he ido creando casi sin darme cuenta.

Y luego están los amigos. Los más y los menos. Hasta los conocidos. Desconectar de todos ellos hasta septiembre... bueno, tampoco es tanto tiempo, no? jeje. Aun así, los echaré de menos. A algunos espero verlos durante el verano, aunque, si puede ser, en un sitio con su correspondiente espacio acuático donde podamos refrescarnos, que yo si no paso :P

Desde el rincón de mi salón, donde nació este cuarto solitario, un abrazo a todos, leáis o no leáis esto. Yo me voy a seguir desbalijando mi cuarto :(


1 que dejaron huella:

Charada dijo...

No te vayas!!!!!!!!!!
no es justo que abandones esta ciudad durante taanto tiempo!!!
aunque entiendo que necesites desconectar de todo y de todos, pero tranqui que frege no está tan lejos y puede que caiga algun viaje para allá!!!
no dejes de tocar que el próximo curso quiero escucharte!!

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