Cuando se cerró la puerta, no os voy a engañar, el cuento llegaba a su fin, así, sin más ni más. Explicaciones no sé daros, ¿qué podría decir? Sin embargo, cómo terminar si al abrir los ojos me encuentro con que sigo todavía metida en la p*** nave? La puerta que se cerraba, ahora se abría y la cinta mecánica que aterrizó en el suelo peludo de mi cuarto, descansaba sobre una superficie extraña que parecía tierra pero no era. Estábamos en una estación de servicio espacial para reponer combustible. Y son raras las cosas que a mí me pasan, no me extraña que pidáis explicacioones, pero es que no sé, qué culpa tengo yo de que en aquella perdida, remota y extraña gasolinera sideral, de pronto sonara un teléfono y el empleado, tras responder, dirigiéndose a mí, soltara:
- Disculpe, Almendra Pun?
Yo pude sentir el disparo, me llevé las manos al pecho, se me doblaron las piernas, como podía taponaba la herida, la vista se me nublaba...
- No es Pun (fallé), es Puck.
- Pues eso, Pun (me dio), es para usted.
- Mierda.
- Disculpe, Almendra Pun?
Yo pude sentir el disparo, me llevé las manos al pecho, se me doblaron las piernas, como podía taponaba la herida, la vista se me nublaba...
- No es Pun (fallé), es Puck.
- Pues eso, Pun (me dio), es para usted.
- Mierda.
7 que dejaron huella:
Ala! Ya me descolocaste! ;)
Te dió dos veces, el capullo del gasolinero sideral. Dale una torta de mi parte.
Qué conversación tan fabulosísima!
Que...mala leche ¿no?
a ver como sobrevives...
me habria encantado ver tu escenificacion (ajajajjaj)
Jajajajaja!! Pues yo la ví en primera persona,jajaja!! Yo estaba cuando le pasaron el teléfono... jajajaajaaajaa!!
a ver si te vas a mear de la risa!
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