Hubo un tiempo en que nos sentimos buenos en tardes de catequesis comprendiendo el final de aquella historia en que decían: Y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, y nadie se atrevía a mover un dedo, porque era cierto, todos de pronto veían sus faltas y sentían remordimiento... y la mala ya no era tan mala ni los buenos ya tan buenos.
Hubo un tiempo en que hacíamos las paces con un apretón de manos, aunque te hubieran dicho aquellas palabras a medias que tanto podían herirte, como gilipó o hijapú...
Hubo un tiempo en que teníamos la nobleza suficiente para perdonar y también para arrepentirnos.
Aludiendo a esa poesía que El Costalero enmascarado acaba de publicar recientemente en su blog, yo misma me preguntoahora ¿Somos los hombres de hoy aquellos niños de ayer?
Me despierto pasadas las 10 con una llamada de Charada desde la biblioteca: ¿Dónde estás? ... Me quedo otro cuarto de horita en la cama a pesar de haberle dicho: Me visto y me voy. Siento un leve dolor en la rodilla y me acuerdo de eso de la rigidez matutina, pero no es rigidez... ¿Qué será esto que tanto me arde? Me escuece un poquito, ya me está jorobando más de la cuenta... Así que echo mi supernórdico hacia atrás y me miro la pata... Y allí está, en mi rodilla, justo donde estuvo aquel raspón durante semanas cuando me caí en las pistas de la escuela jugando al fútbol (qué tiempos). Otro raspón... un precioso 5.
:)
Y para ver si vuelvo a engancharos, ya que explicarme no me explico, dejo la primera parte de Binta...
Cuando estés verdaderamente jiñado, sientas que se rompen tus esquemas o no sepas en qué momento te desviaste de tu camino, encontrándote de repente solo y perdido, sin saber lo que tienes que hacer ni alcanzar a ver cuáles son tus alternativas, puedes simplemente sentarte dondequiera que caigas y dejar que el miedo se expanda por tu interior como se expande un gas por el aire, alimentar tu angustia con pensamientos negativos y empeorar la situación dejando que la mierda se acumule a tu alrededor mientras permaneces tirado dejando que las horas pasen, a ver si todo se resuelve solo o te lo resuelve alguien y, ya que estás, llora, llora porque es para llorar.
Por el contrario, si quieres salir a flote, sólo has de levantarte y agarrar al toro por los cuernos, a ser posible, mirándolo a los ojos y diciéndole: Te odio, toro maldito, y voy a acabar contigo como que me llamo Fulanito de Tal y Cual. Y así, hasta el día del golpe final, torear, torear con gracia y sonriente sabiendo que saldrás triunfante a hombros por la puerta grande.
¿Recordáis a Bok, aquel simpático extraterrestre que nos acompañó los primeros años de carrera? Yo lo echo de menos, fue uno de los primeros a los que conocí cuando llegué a esta ciudad hostil y no dudó en tenderme su mano verde... pero creo que al fin y al cabo hizo bien en abandonar. La imagen que os dejo es de un recorte que luce por dentro de la puerta de mi ropero desde aquellos tiempos en los que aun creíamos que tendríamos buenas prácticas. Por entonces no existía el tuenti y yo tenía un fotolog... y ya sabía lo que era esto:
- ¡Nadie ha posteado en mi blog en los últimos tres minutos! ¡Nadie! ... ¡Soy un fracasado, a nadie le importo! - ¿El de la foto eres tú rascándote un sobaco? - ¡Es mi sobaco más fotogénico!
Sentí horror, sí, no os lo niego, pero se fue como vino cuando vi las manos humanas que habían de convertirme en alimento. Eran las manos de mi madre, tan pequeñas y tan grandes, tan suaves, tan curtidas, tan cálidas pero tan frías... porque ¡ay! cuando sus dedos se hundieron en la masa que era yo, estaban frías como el agua que en invierno sale del grifo de mi casa.
Las croquetas de mi madre, las más ricas del planeta, ¿cómo iba a estar yo triste si iba a ser fruto del amor de su cocina? Con cariño me envolvió y me dio forma para luego echarme a un plato con huevo batido. Qué fresquito y qué suave... lo llamé huevoterapia. Fue como jugar en un charco sin miedo a mancharme la ropa o a coger un resfriado.
Acabó el baño de huevo y vino el de pan rallado. Insoportables cosquillas, tanto que casi hacían daño, creí que moriría de risa... Me acordé de Charada y sus aventuras en la playa, pero yo no pude hacer el ángel por carecer de los miembros necesarios para la hazaña.
Y al fin aquí estoy, amigos... ahora soy una Croqueta lista ya para inmolarse :)
Abrí los ojos y ya no era una persona. ¿Dónde estoy? Me pregunté. Todo estaba muy oscuro, olía a cebolla y a vinagreta, había un ruido constante de los que ponen de los nervios y hacía más frío que en la comunión de Pingu. No sentía las manos ni los pies, ni los brazos ni las piernas, ni la cabeza, ni nada. No podía moverme, era como si hubiese perdido todos los miembros y articulaciones. De pronto se abrió una puerta enorme y la luz se hizo. No sé qué me dio más miedo, si descubrir que estaba en una nevera o que formaba parte de un bloque de masa espesa y homogénea de rica bechamel. Inmersos en ella, mis ojos testigos de todo.
When I'm lyin' in my bed at night I don't wanna grow up Nothing ever seems to turn out right I don't wanna grow up
How do you move in a world of fog that's always changing things Makes me wish that I could be a dog
When I see the price that you pay I don't wanna grow up I don't ever want to be that way I don't wanna grow up
Seems like folks turn into things that they never want The only thing to live for is today...
I'm gonna put a hole in my T.V. set I don't wanna grow up Open up the medicine chest I don't wanna grow up
I don't wanna have to shout it out I don't want my hair to fall out I don't wanna be filled with doubt I don't wanna be a good boy scout I don't wanna have to learn to count I don't wanna have the biggest amount I don't wanna grow up
Well when I see my parents fight I don't wanna grow up They all go out and drinkin all night I don't wanna grow up
I'd rather stay here in my room Nothin' out there but sad and gloom I don't wanna live in a big old tomb on grand street
When I see the 5 oclock news I don't wanna grow up
Comb their hair and shine their shoes I don't wanna grow up
Stay around in my old hometown I don't wanna put no money down I don't wanna get a big old loan Work them fingers to the bone I don't wanna float on a broom Fall in love, get married then boom How the hell did it get here so soon I don't wanna grow up
Entrada fácil de nuevo... lo siento, pero quería poner esta canción y paso de enrollarme con mis conclusiones. Si alguien la quiere traducida o consultar alguna palabreja... pinche usted aquí.
Como un lienzo vacío, he aquí la obra de John Cage 4' 33''. Igual que la música nos hace sentir, pensar, soñar... con esta pieza en blanco, Cage nos invita a esto mismo pero a través del silencio.
Fue un atrevido. Criticado y calumniado por ello por parte de algunos. A mí me parece más que original y, más allá de la música, inteligente y filosófico. Por eso le dedico este hueco y os invito a reflexionar también sobre el silencio, el sonido, la música, escuchar, escucharse y, en fin, lo que queráis.
Fragmento de la partitura (tiene gracia):
Como anécdota, antes de que la disfrutéis, os contaré que en 1951 Cage se metió en una cámara anecoica (sin sonidos internos ni externos) y concluyó: "Escuché dos sonidos, uno grave y otro agudo. Cuando se los describí al ingeniero encargado, me informó de que el agudo era el funcionamiento de mi sistema nervioso, el grave era la circulación de mi sangre. Hasta que muera habrá sonidos. Y continuarán después de mi muerte. No hay que preocuparse por el futuro de la música".
Ahora sí, ahí os la dejo... a ver cuánto aguantáis, jaja
PD: me río yo ahora de la del oído absoluto. PD2: después de haber escuchado a Charada interpretando su Destrucción total, ¿quién no agradece esto?
Queridos Reyes Magos, cuántas noches nos hemos ido a la cama dejándoos sobre la mesa de la salita tres vasos de leche y algo de agua para los camellos. Disculpadnos. Tenían que pasar unos años para que nos percatásemos de que después de un viaje tan largo y fatigado lo que de verdad debe apeteceros son tres buenos lingotazos qué menos que de anís del mono, para entrar en calor y avivar vuestras fuerzas para seguir repartiendo regalos.
También he de disculparme por poneros todos los años subiendo la empinada cuesta del Portal, donde los pobres camellos que os llevan apenas se sostienen en pie y hacen que os caigáis hacia atrás y hacia delante constantemente, arriesgando la solidez de vuestras cabezas y provocando estruendos en la noche que pueden hacer sospechar a los que duermen que alguien llegó con dos copas de más.
Queridos Reyes, y perdonadme por no acordarme de vosotros hasta justo el día antes... con todo lo que ello conlleva.
Gracias, Reyes Magos, sólo vosotros seguís ahí a pesar de la leche en lugar del anís, a pesar de la cuesta resbaladiza del Portal y a pesar de que yo me olvide hasta el último momento. ¡Qué nervios, qué ilusión! Por fin, pasada esta noche, volveremos a ser dueños de todo el tesoro...