Me agobia el corteinglés porque no tiene ventanas y por el bofetón de aire caliente con olor a mezcla de perfumes empalagosos, pero sobretodo por lo de las ventanas porque no lo entiendo. Claro que eso pasa en todas las grandes superficies por el estilo, pero hablo del corteinglés porque debe ser la madre que los parió a todos.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
martes, 29 de noviembre de 2011
Me acuesto con gafas y
Suena el camión de la basura. La puerta del cuarto se cierra y tengo los pies fríos, la mitad del cuerpo fuera de la cama, la otra dentro y puesto el poncho con flecos que me hizo mi tía. Maleta por deshacer o maleta hecha. Recuerdos de un fin de semana en Madrid en una caja de bombones que poco a poco me iré comiendo. Mañana guardia. Mañana... zzzZZZ... guardia.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Bailar volando y volar bailando
Me gusta bailar cuando no me ve nadie. Improviso todo tipo de pasos. De la cocina al salón, del salón al cuarto, del cuarto al balcón, del balcón al baño. Descargar tensión y reír y saltar y bailar y bailar y al final salir volando.
jueves, 17 de noviembre de 2011
aldkjñalfjjf
Extrañar es una palabra extraña. Cuando se echa de menos a alguien, se dice que se extraña. Cuando un niño se corta porque no conoce a una persona, se dice que lo extraña. Son cosas diferentes. Yo te extraño de noche y te extraño de día. Y también es distinto. Extraño tu ausencia y extraño tu presencia. Y tampoco es lo mismo. Y me extraña. Me extraña lo extraño de extrañar y extrañarte despierta y de extrañarte dormida y extrañando extrañarme de extrañarte tanto. Y de repetir tanto la misma palabra, me está sonando extrañísima.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Naturaleza XX(L)
Yo no sé si este es un falo enamorado de la luna o no, lo que sí sé es que se puso bien cerca de los espejos del río. Algo corto para ser tan gordo... y duro como para emerger de una montaña rocosa. Lo que está claro es que el romero de los montes le besa la frente. Yo paseaba tranquilamente, vislumbré unas moras, quise trepar a cogerlas... y semejante miembro viril me acechó en plena luz del día y encontrándome yo con la escasa vestimenta de un bikini. Me sobrecogió, la verdad. Luego vi que no era yo lo que él buscaba, y ya con los pantalones puestos, me atreví a inmortalizarlo. Al final, me causó ternura, pobrecito, ahí siempre expuesto... y le di dos achuchones (no podía hacer mucho más...)
*(A cuento del post de Diego en su particular cueva)
*(A cuento del post de Diego en su particular cueva)
Capítulo x
En la oscuridad de la sala reina el silencio. Parece que todos han apagado sus móviles y con la entrada de la función aun en sus manos aguardan en su asiento a que empiece por fin. Que salga ya, que el público se va. Por fin se abre el telón. Detrás, el escenario; el decorado, mi cuarto; en el centro, mi cama; en la cama, yo. El despertador suena y suena, pero sigo dormida y me da igual, no lo oigo, que suene, que yo estoy frita, que se vayan todos, la gente se marea y el público se mea, que se vayan.
Al rato, una mano sale de la cama, es la mía, claro, porque estoy sola, si no estuviera sola a lo mejor no estaba jodida, digo durmiendo [...] Empieza otro día en el teatro de mi vida, porque esto no es otra cosa, un teatro sin guión en el que más vale saber improvisar y tener inquietudes porque si no te comen por los pies y te mueres del asco. Me levanto con sueño, sin ganas, joder, un poquito más, de verdad que quisiera levantarme cantando la novena sinfonía a cuatro voces, pero no me sale ni una tos seca.
Otra mano ahora, una gigante que no es mía ni tuya ni de nadie, con una goma Milan con un agujero en el centro hecho con un boli bic azul que casi la raja, sale del techo y empieza a borrar, borra las cortinas del telón que caían a los lados, borra el escenario con sus escaleras, borra al público y la lámpara gigante que colgaba del techo, dejándome sola en mi cuarto, como ahora, como todos los putos días normales y corrientes y molientes, de entresemana, laborables, y empiezo otro capítulo de la vida real. A lo largo del día se me va pasando la mala leche, me voy animando, recupero la voz y hago vida social. A veces, sin embargo, me gustaría que la mano gigante saliera de nuevo y borrara todavía un poco más del decorado, que borrara edificios, que borrara coches, semáforos, la tele con sus políticos y la basura que ponen todos los días; a veces me gustaría que nos borrara las ropas, que nos dejara desnudos en medio de un campo donde todos estuviésemos como nos trajeron al mundo pegando gruñidos como los que yo empiezo a emitir cuando ya salgo de casa por las mañanas. Y que borrara también, por favor, ya si no es mucho pedir, que borrara tanta puta falsedad, tanto protocolo, tanta represión y tanta mierda, para que pudiésemos hablar tranquilamente sin pensar si está bien o está mal o qué pensará la madre que me parió de la cosa más tonta del mundo.
Un día tuve este decorado. Ojalá se repita pronto.
Otra mano ahora, una gigante que no es mía ni tuya ni de nadie, con una goma Milan con un agujero en el centro hecho con un boli bic azul que casi la raja, sale del techo y empieza a borrar, borra las cortinas del telón que caían a los lados, borra el escenario con sus escaleras, borra al público y la lámpara gigante que colgaba del techo, dejándome sola en mi cuarto, como ahora, como todos los putos días normales y corrientes y molientes, de entresemana, laborables, y empiezo otro capítulo de la vida real. A lo largo del día se me va pasando la mala leche, me voy animando, recupero la voz y hago vida social. A veces, sin embargo, me gustaría que la mano gigante saliera de nuevo y borrara todavía un poco más del decorado, que borrara edificios, que borrara coches, semáforos, la tele con sus políticos y la basura que ponen todos los días; a veces me gustaría que nos borrara las ropas, que nos dejara desnudos en medio de un campo donde todos estuviésemos como nos trajeron al mundo pegando gruñidos como los que yo empiezo a emitir cuando ya salgo de casa por las mañanas. Y que borrara también, por favor, ya si no es mucho pedir, que borrara tanta puta falsedad, tanto protocolo, tanta represión y tanta mierda, para que pudiésemos hablar tranquilamente sin pensar si está bien o está mal o qué pensará la madre que me parió de la cosa más tonta del mundo.
Un día tuve este decorado. Ojalá se repita pronto.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Reflexión
Después de mucho tiempo aguantándome las ganas, por fin me decidí. Iba a ir a Media Markt a comprarme un libro electrónico de esos moennos porque por qué no? Tenía ganas, me metían ganas, me entraban ganas, ¡me salían ganas! En definitiva, que allá fui. Allá fui y acá volví, después de más de una hora dándole vueltas delante de la sección correspondiente, persiguiendo al de la camiseta roja para que resolviera mis dudas, llegando a la conclusión de que esa tienda tiene que poner un servicio de atención que permita establecer un orden para no tener que sentirte acosadora (acosadora fracasada) para que te hagan algo de caso... Y sí, me lo he comprado y ¿ahora qué? Pues que tengo sentimiento de culpa y cierta rayadura mental porque el desembolso que ha supuesto equivale a una guardia y porque el precio es practicamente el mismo que el de la playStation3 y no podía parar de pensar en lo distinto que es salir por la puerta con un libro electrónico a salir por la puerta con la play 3, pero luego me digo, al carajo! ¿Yo a por qué venía? A por el libro. Ea, pues hoy será el libro y otro día la playStation, ¿no hago cinco guardias al mes? coño, es que una tiene que sentirse mal por todo.
jueves, 15 de septiembre de 2011
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Formidables formícidos
Todos estaríamos de acuerdo: mis jardineras necesitaban un lavado de cara. Así pues, todo comenzó un día nublado cualquiera aprovechando que en la capital andaluza el sol nos daba una tregua. Para que no pasara como cuando limpiamos la piscina, que tras varias mañanas de trabajo alguien llegó y dijo que no se notaba nada, decidí inmortalizar el proceso. Primero con el raspado.
Luego con la pintura.
Y por fin todas estaban listas.
Ha sido semanas después, cuando el calor sofocante se ha apoderado de nuevo de cada centímetro cúbico de aire de la ciudad, cuando han empezado los sucesos paranormales. Anoche, sin ir más lejos. ¿Sería por la luna llena? Aprovechando que la medianoche trajo consigo algo de fresco, decidí salir a regar mi nueva plantación de geranios y otras criaturas. Y cuál fue mi sorpresa al descubrir... esto!
Un formidable formícido parecía querer devorar mis macetas. ¿Sería un sueño? Fui a la nevera, le di un buche al cartón de zumo, y volví a salir al balcón. Genial, se estaban multiplicando:
Tras las dos hormigas dinosaurio, una hilera de pequeñas hormiguitas negras desfilaba silenciosa por mi jardinera recien pintada de blanco.
[No parecían peligrosas]
[No parecían peligrosas]
Lo más curioso ha sido, al llegar hoy del trabajo, encontrarme con lo siguiente:
¿Serán esos últimos puntos las cabezas perdidas de hormiguitas ancianas o tal vez despistadas o quizás ya aburridas de estar siempre currando? ¿Serán el esférico excremento de las hormigas dinosaurio o los huevos podridos de una hormiga reina? ¿O serán simplemente tres puntos que indiquen que esta historia... no ha hecho más que empezar?!!
martes, 6 de septiembre de 2011
El bocado más delicioso del mundo
Después de un día duro en que, entre otras aventuras, cabe destacar el insidioso y soporífero curso al que he tenido que asistir por la tarde, llego a casa y me dispongo a hacerme la cena. Exhausta. Desde la nevera, un tupper misterioso que pasaría más por el nombre de fiambrera cochambrosa, me saluda. ¿Cómo has llegado hasta aquí? Me pregunto. ¿Y qué misterioso manjar encierras? No dudo. Lo abro y... oh sorpresa. Croquetas. Croquetas de mi madre. No croquetas cualesquiera... LAS CROQUETAS. De nuevo, no dudo. Enchufo la freidora. Tomo una, con cariño, la acuno suavemente en una mano. Cruda es y ya dan ganas de comerla. Con sumo cuidado, una a una, voy poniendo hasta un total de ocho en la cestita. LAS CROQUETAS no pueden ser tratadas de cualquier forma, podrían ser perfectamente ganadoras del concurso al bocado más delicioso del mundo y yo las tengo, están en mi cocina, a punto de zambullirse en el aceite caliente de mi freidora.
Ya están fuera. Cómo me gustaría poder guardar, subir, copiar y pegar en un archivo .taste su inigualable sabor. No me resisto. Escribo con la boca llena, tecleo con los dedos pringados en un intento de dejar plasmado lo que experimento. Pero no puedo. Sólo puedo decir, y me repito, que son el bocado más exquisito del mundo.
Viva mi madre y la madre que la parió, que es mi abuela.
[...]
Ya están fuera. Cómo me gustaría poder guardar, subir, copiar y pegar en un archivo .taste su inigualable sabor. No me resisto. Escribo con la boca llena, tecleo con los dedos pringados en un intento de dejar plasmado lo que experimento. Pero no puedo. Sólo puedo decir, y me repito, que son el bocado más exquisito del mundo.
Viva mi madre y la madre que la parió, que es mi abuela.
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miércoles, 3 de agosto de 2011
Entre geranios calcinados...
...mis dos girasoles resisten erectos bajo el sol abrasador de la capital andaluza. Puede ser que en mi semana de vacaciones, como yo me acordaba de ellos, ellos se acordasen de mí y en su intento por darme la alegría del mes y permanecer verdes y tiesos a mi llegada después de diez días de exilio y sin recibir agua alguna, decidiesen robar todo nutriente a los geranios adyacentes, acabando éstos por sacrificarse para mantener con vida a mis dos tan amadas y nuevas criaturas. Ni que decir tiene que mis geranios, más resistentes que un Staphtyloccus aureus hospitalario, resurgiran de sus cenizas.
He aquí el pequeño, Gira:
Y el grande, Sol (un indignado del sistema):
¿Quién dijo que a mi regreso estarían muertos?
PD: que sí, que voy a pintar las jardineras...
martes, 26 de julio de 2011
Novedad entre los archivos
En una noche de vacaciones, indagar por las carpetas olvidadas del ordenador da sus frutos. Y entre los archivos secretos de nuevo aparecen cosas que me hacen sonreír y que, aunque en su día sufrieran la censura por no parecerme aptas para hacerse públicas, hoy se me antojan perfectas, maravillosas y, sobre todo, irrepetibles. Y me alegran el rato aunque me pongan melancólica.
Sin más, ahí os dejo una pieza y en unos días, si me dura el subidón, os pongo otra.
Sin más, ahí os dejo una pieza y en unos días, si me dura el subidón, os pongo otra.
jueves, 16 de junio de 2011
Jueves libre
Lo mejor de las guardias: estar salida. Quiero deciiiir... saliente. Así estoy yo hoy, de vuelta ya de mi segunda vez. Que cómo fue? Pues bien. Con una emergencia que me cortó el cuerpo para toda la tarde y casi me hace vomitar la tilapia (pescado, yo tampoco sabía lo que era hasta que pusieron el plato). Luego todo fueron dolores abdominales y, entretanto, señoras intervenidas de fúhtulah en sobaquera -sí, me reí-. Cenando me llené el pijama blanco de tomate... me gusta mi nueva vida, pero hay cosas que no cambian.
miércoles, 8 de junio de 2011
Probando
Vestida con mi pijama de guardias y mis nuevos zuecos azules, escribo. Me lo pruebo, me doy una vuelta por el piso, me miro en el espejo, hago como que recibo a un paciente, ausculto su tórax imaginario, me meto papeles en el bolsillo para que parezca que llevo anotadas muchas cosas importantes... juego. El viernes, sin embargo, mi primera y auténtica guardia. Sí, aquí huele a caquiiiitaaa.......
PD: me gustaría salir así vestida a la calle ¡qué comodidad!
PD: me gustaría salir así vestida a la calle ¡qué comodidad!
domingo, 29 de mayo de 2011
Cerezas
Tenéis razón, todas las etapas de cambio son difíciles. Sólo que, supongo, cada vez y cada uno lo experimentamos de manera diferente. No os equivoquéis, yo estoy contenta, quiero salir y quiero aprender y aprovechar cada momento de esta vida nueva. Es sólo que ahora mismo la ansiedad que se me ha colado en el cuerpo no me deja disfrutarlo como a mí me gustaría. ¿Por qué será? ¿A mí? Es extraño, yo que me creía tan pasota. Pero tranquilos, que ahí ando buscando mi equilibrio cuerpo-mente, aunque sea a base de respiración diafragmática y blogoterapia (sin olvidar la sobrinasterapia, que es la mejor aunque quede relegada a los fines de semana).
Os dejo unas cerezas de la huerta para que picoteéis un rato. También podéis colgároslas de las orejas, a mí me encanta, son mis pendientes favoritos.
Os dejo unas cerezas de la huerta para que picoteéis un rato. También podéis colgároslas de las orejas, a mí me encanta, son mis pendientes favoritos.
miércoles, 25 de mayo de 2011
En realidad no tan feliz de la vida
Queridos amigos, lectores, seguidores (lo de seguidores me suena muy fuerte, pero bueno), y bloggeros todos:
He de reconocer que últimamente no tengo muchas ganas de escribir en esto del blog. Y no será porque no tenga cosas que contar, pero no sé... estoy un poco apática. He estado reflexionando sobre mi última entrada y he llegado a la conclusión de que definitivamente, me pasé con lo de "feliz de la vida", que os hizo creer que yo había vuelto a la ciudad tocando el bongo y las castañuelas. Lo cierto es que, aunque me reafirmo plenamente en lo de lo acertado de mi elección y todo lo que ha venido detrás, estoy pasando unos días difíciles. Demasiadas cosas nuevas. Demasiado cambio para digerir sin que me produzca una diarrea intestinal y mental. Y a veces se me cruzan los cables y sólo pienso en volver con mi mamaíta que me hace comidas ricas y me miente diciéndome que soy la más guapa del mundo mientras yo, feliz, me recreo en su mentira. Con la de veces que allí me quejo y me dan ganas de largarme... y ahora lo último que me apetece es esta soledad vacía y no poder llorarle a nadie (por teléfono no tiene el mismo efecto).
Lo extraño es que, a pesar de mis cero ganas de estar sola, no me apetece salir, ni ir recomponiendo los pedacitos de mi vida sevillana como se merece, agravándose esto con el horrible calor que hace en la calle. Total, que me encierro en casa, pongo mi aire y no llamo a naide y a la única que no doy un no por respuesta cuando me ofrece pasar un rato fuera de mi piso, es a la madre de Buda porque ya me he dado cuenta de que, como a la mía, no se le puede negar nada y en su gazpacho y su tortilla y en su zumo de naranja he encontrado consuelo y me he sentido contenta de que me acojan con tanto cariño en estos días rarunos y siempre, así que, como recompensa, la semana que viene pienso traerme mi guitarra y renovar el repertorio, que el próximo día que me inviten ya no puedo escaparme sin cantar algo. Ni que decir tiene que tampoco le diré que no a Buda cuando me invite a su piscina, que qué mejor terapia que ahogar en ella mis penas!
Joder, qué bien me ha venido desahogarme, se me olvidaba lo terapéutico del blog.
Un abrazo.
domingo, 15 de mayo de 2011
Feliz de la vida
Con mi elección. Con mi especialidad, mi hospital, mi centro de salud. Con mis coerres. Con mi contrato firmado. Con mi tutora asignada. Con mi nuevo fonendo, otoscopio, esfigmomanómetro y linterna. Con mi maletín. Con mi curso de urgencias. Con mi coche para ir y venir. Con mi música en el coche. Con mi aire acondicionado. Con mi brownie para desayunar. Con mi cactus injertado. Contenta. Y un poquito anémica, entre otras cosas.
martes, 3 de mayo de 2011
Yo que no sé aparcar...
... y mira tú por donde sin comerlo ni beberlo hoy he aprendido una lección: como aparcar tu coche tras un día de romería. Que el espacio es muy pequeño, no pasa nada, se deja el morro asomando un poquitito y ya está.
jueves, 28 de abril de 2011
¿Trabajal?
Las vueltas que da la vida, se dice. Venía yo pensando esta tarde en cómo ha cambiado la mía en unos meses. Hace un año, por estas fechas, todavía no había acabado la carrera. Los domingos me venía en autobus y mis preocupaciones no iban más allá del examen próximo. Pasó junio, terminó esa etapa, y por primera vez reuní coraje para decirle a mis padres -un poco complicados- que me iba de viaje en pareja. No cayó bien, pero nos fuimos tan anchos. Empezaba, como los cigoñinos de la torre que veía desde mi cuarto aprendiendo a volar cuando aun estaba en el instituto, a sentir las alas y el poder de estas. Luego vino el mir con sus meses de encierro. Me fui al pueblo y apenas salía. Cada sábado a la academia, más que nada una excusa para vestirme de persona. Aun así, me salté más de uno. La semana de descanso me fui a Londres... ahí me colé xD Entre otras cosas porque tampoco cayó bien y también me fui. Eso fue en septiembre... hasta enero, fue como atravesar el desierto. El último mes, las últimas semanas, horribles, largas, interminables. Estaba cansada, harta, triste y, la verdad, creo que no era yo, porque no podía ser yo, aunque uno tampoco puede dejar de ser uno... así que supongo que era yo llevada a un terreno que me impedía simplemente ser. Pero eso nos pasó a todos. Luego se acabó. A unos les salió mejor, a otros peor, unos contentos, otros disgustadísimos y otros tuvimos lo que más o menos podíamos sospechar y no nos sorprendimos tanto. Tras el estrés, la liberación. Relax y escapadas. Recuperar tiempo perdido. La tristeza y el agobio se disiparon y dejaron paso a una felicidad extraña, como un colocón. Luego Madrid, días de tensión, de qué ha cogido éste y qué ha cogido aquél y qué cogeré yo. Todo eso ha pasado ya. Ahora la gente nos pregunta, nos da la enhorabuena y yo lo cuento todo, lo suelto por esta boquita y, como me fui a Portugal, que me quedo tan ancha.
Esta tarde venía camino de Sevilla en un coche que está a mi nombre. Por el manos libres, mantengo conversaciones sobre suegras. Llevo tres días mirando pisos por internet pensando que un día de estos me largo del de mis padres y me voy a un piso con una terraza donde pueda tener un perro y plantar soledades de esas que dejan un rastro en el aire... Y ahora, ahora que me siento después de mucho tiempo a escribir en este mismo rincón donde nació mi bloguito cuando toda esta aventura que acabo de relatar ni siquiera la intuía, me he parado a pensar que mañana he quedado para ir a ver un centro de salud en el que seguramente me acabe convirtiendo en eso que sale de mi boca cada vez que alguien me pregunta bueno qué, al final qué, y yo contesto Medicina de Familia y me quedo tan fresca y sigo charlando como si nada... y ahora, sí, ahora mismito, me estoy dando cuenta de que esto es real, que no es una historia que contar y punto, que en unos días estoy allí, dando el callo, yo, yo!, que el único dinero que he ganado en mi vida han sido unos cuantos treintas euros por tocar la guitarra en alguna boda a la una de la tarde... yo, madrugando para ir a, como decía el gitano del chiste que le gustaban las cosas acabadas en -ar, ¿trabajal? No es por sonar petarda, pero es que de estudiante, todo el mundo lo sabe, se vive muy bien... y con un mir o unas oposiciones se pasa muy mal, pero cuando eso pasa y tienes encima unos meses para respirar: vivimos mejor que queremos. Y tengo miedo. Mucho. No me puedo creer que esto se acabe. Tengo ganas de empezar, sí... pero tengo miedo... Mucho. No me puedo creer que esto se acabe. ¿Lo he dicho ya? Sí. Pues eso.
Y es que mi vida ha dado un giro brutal en un año... pero el gran cambio aun está por llegar :S
Esta tarde venía camino de Sevilla en un coche que está a mi nombre. Por el manos libres, mantengo conversaciones sobre suegras. Llevo tres días mirando pisos por internet pensando que un día de estos me largo del de mis padres y me voy a un piso con una terraza donde pueda tener un perro y plantar soledades de esas que dejan un rastro en el aire... Y ahora, ahora que me siento después de mucho tiempo a escribir en este mismo rincón donde nació mi bloguito cuando toda esta aventura que acabo de relatar ni siquiera la intuía, me he parado a pensar que mañana he quedado para ir a ver un centro de salud en el que seguramente me acabe convirtiendo en eso que sale de mi boca cada vez que alguien me pregunta bueno qué, al final qué, y yo contesto Medicina de Familia y me quedo tan fresca y sigo charlando como si nada... y ahora, sí, ahora mismito, me estoy dando cuenta de que esto es real, que no es una historia que contar y punto, que en unos días estoy allí, dando el callo, yo, yo!, que el único dinero que he ganado en mi vida han sido unos cuantos treintas euros por tocar la guitarra en alguna boda a la una de la tarde... yo, madrugando para ir a, como decía el gitano del chiste que le gustaban las cosas acabadas en -ar, ¿trabajal? No es por sonar petarda, pero es que de estudiante, todo el mundo lo sabe, se vive muy bien... y con un mir o unas oposiciones se pasa muy mal, pero cuando eso pasa y tienes encima unos meses para respirar: vivimos mejor que queremos. Y tengo miedo. Mucho. No me puedo creer que esto se acabe. Tengo ganas de empezar, sí... pero tengo miedo... Mucho. No me puedo creer que esto se acabe. ¿Lo he dicho ya? Sí. Pues eso.
Y es que mi vida ha dado un giro brutal en un año... pero el gran cambio aun está por llegar :S
lunes, 25 de abril de 2011
Después de muchos días de sol
Después de muchos días de lluvia... Sol y nubes. La tierra y el cielo se dieron tregua pero sobre mi cabeza dos nubes enanas jugaban a burro, torito en alto, color-color y a que no me coges. Un pato vagabundo de estrellas cruzó su camino e intentando esquivarlo, las nubes enanas se dieron un cosco. De su golpe brotó una gota que viajó y viajó por el aire atravesando otras nubes y que, como bola de nieve, se fue haciendo más gorda en su descenso por el azul celeste. Pronto, empezó a ver suelo, valles, montañas, los prados verdes de primavera, la tierra blanca, Sierra Morena... campos, ciudades, pueblos, aldeas... y la gota recién nacida, sintió el precipicio seguro, irremediable e inmediato, como la puerta que se cierra violenta cuando hay corriente, y en mi cara, de un porrazo, impactó como si fuera llanto. Y yo, que bajaba del coche, que quería llorar y no me salía, aproveché y lloré y cuando llegó a mi boca, saqué la lengua y aquella gota me supo a sal.
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Devaneos mentales
jueves, 14 de abril de 2011
Niños y no tan niños
Por fin tengo mi placita. Mi soñada y deseada placita. Pero antes de contaros nada, antes de desvelarlo todo y meteros en la historia como os merecéis, os voy a dejar con un texto que ayer, cuando llegué del fatídico viaje de vuelta en bus y por fin me senté en mi trono (y no os diré cual), cayó en mis manos como por casualidad...
"En una ocasión me preguntaron por qué había tantos niños protagonistas en mis novelas. Mi respuesta fue sencilla. Para mí, el niño -dije- es un ser que encierra toda la gracia del mundo y tiene abiertas todas las posibilidades, es decir, puede serlo todo, mientras el hombre es un niño que ha perdido la gracia y ha reducido a una -el oficio que desempeña- sus posibilidades.
Con esta respuesta quería dar a entender que para mí, el niño, precisamente por la carga de misterio que arrastra, tiene mayor interés humano que el adulto, incluso para ser protagonista de una novela o de una película.
También se deduce de mi respuesta la importancia que yo doy a la elección de oficio, sea éste el de ebanista o arquitecto, escritor o marino, maestro o labrador. Seguramente es la elección de oficio la cuestión más importante con que vais a enfrentaros. Tan importante, que acertar con el oficio es acertar con la vida. La felicidad no consiste en ganar mucho dinero sino en que la tarea que se hace se haga con gusto. El día que cada niño, al llegar a hombre, pueda ser aquello que desea y para lo que está dotado habremos conseguido un mundo feliz. El niño no perderá su alegría al transformarse en hombre si ante el haz de oportunidades que se le ofrecen, acierta a elegir la buena, esto es, la adecuada a su manera de ser.
Claro es que para poder acertar debéis informaros antes de lo que es una cosa y de lo que es otra cosa. Formar a los niños debe ser un sucesivo despertar de curiosidades que luego, a lo largo de la vida, se irán saciando con la lectura y la experiencia. [...]"
Y ahí lo dejo. Nosotros ya hemos elegido. Unos hace una semana; otros hace tres días; yo ayer. Conozco a hombres que eligieron bien y en sus sesentaitantos siguen siendo niños que no perdieron su alegría. Sólo espero que nosotros, todos, mis amigos, mis amigas, los que en estos días hemos pasado por el Ministerio de Sanidad susurrando a unos extraños nuestros sueños al oído para que, como por magia, salieran en una pantalla y acabaran por cumplirse con sólo pulsar un botón, cerrando tal vez así ese proceso de transformación y convirtiéndonos de golpe en hombres y mujeres grandes, seamos felices con lo que quiera que hayamos decidido ser y que por nada, por nada del mundo mundial perdamos la alegría de los niños que nos trajeron hasta donde estamos.
Enhorabuena a todos y suerte con lo que viene después.
"En una ocasión me preguntaron por qué había tantos niños protagonistas en mis novelas. Mi respuesta fue sencilla. Para mí, el niño -dije- es un ser que encierra toda la gracia del mundo y tiene abiertas todas las posibilidades, es decir, puede serlo todo, mientras el hombre es un niño que ha perdido la gracia y ha reducido a una -el oficio que desempeña- sus posibilidades.
Con esta respuesta quería dar a entender que para mí, el niño, precisamente por la carga de misterio que arrastra, tiene mayor interés humano que el adulto, incluso para ser protagonista de una novela o de una película.
También se deduce de mi respuesta la importancia que yo doy a la elección de oficio, sea éste el de ebanista o arquitecto, escritor o marino, maestro o labrador. Seguramente es la elección de oficio la cuestión más importante con que vais a enfrentaros. Tan importante, que acertar con el oficio es acertar con la vida. La felicidad no consiste en ganar mucho dinero sino en que la tarea que se hace se haga con gusto. El día que cada niño, al llegar a hombre, pueda ser aquello que desea y para lo que está dotado habremos conseguido un mundo feliz. El niño no perderá su alegría al transformarse en hombre si ante el haz de oportunidades que se le ofrecen, acierta a elegir la buena, esto es, la adecuada a su manera de ser.
Claro es que para poder acertar debéis informaros antes de lo que es una cosa y de lo que es otra cosa. Formar a los niños debe ser un sucesivo despertar de curiosidades que luego, a lo largo de la vida, se irán saciando con la lectura y la experiencia. [...]"
Miguel Delibes. Mi mundo y el mundo.
Y ahí lo dejo. Nosotros ya hemos elegido. Unos hace una semana; otros hace tres días; yo ayer. Conozco a hombres que eligieron bien y en sus sesentaitantos siguen siendo niños que no perdieron su alegría. Sólo espero que nosotros, todos, mis amigos, mis amigas, los que en estos días hemos pasado por el Ministerio de Sanidad susurrando a unos extraños nuestros sueños al oído para que, como por magia, salieran en una pantalla y acabaran por cumplirse con sólo pulsar un botón, cerrando tal vez así ese proceso de transformación y convirtiéndonos de golpe en hombres y mujeres grandes, seamos felices con lo que quiera que hayamos decidido ser y que por nada, por nada del mundo mundial perdamos la alegría de los niños que nos trajeron hasta donde estamos.
Enhorabuena a todos y suerte con lo que viene después.
domingo, 10 de abril de 2011
Pueblerinos por el mundo
Aquí estoy, en la capital, en esta ciudad gigantesca de calles abarrotadas que es Madrid. No sé si será por el buen tiempo que hace, que saca a todo el mundo a la calle, pero lo cierto es que no recuerdo haber estado en otro sitio donde las calles estuvieran tan, tan, tan agobiantemente transitadas en un día cualquiera. Mientras circulo a patita intentando esquivar transeúntes y visionando a un lado y al otro y al frente edificios enormes y fuentes colosales, se me vienen a la cabeza los días de peregrinaje por los caminos gallegos, tan relajantes, tan armoniosos, donde las únicas construcciones que encontrábamos, aldeas y pueblecitos aparte, eran los mojones con la inscripción del kilómetro correspondiente y lo único que podía hacernos detener el paso, un rebaño de vacas atravesando el camino.
Llegué el viernes, me vine en bus en un viaje que rozó las siete horitas. Y para no dejar duda de quien soy y de donde vengo, en mi macuto, dos bocatas olorosos, uno de lomo y otro de queso de cabra, hechos con amor por mi buena madre, que a las siete de la mañana me revolvían las tripas, pero que a las doce me cayeron como agua de mayo y me devolvieron la vida. El glamour ya vendrá cuando tenga que venir.
Venía yo con mi libraco, del cual no me queda mucho y que pensé zanjaría en el camino, pero el señor autobusero tuvo a bien ponernos una película... y yo, que en principio no mostré mucho interés, entre otras cosas porque iba sentada delante (donde les gusta a las viejitas) y para ver la pantalla tenía que estrujar mis delicadas cervicales como si fueran un muelle, acabé atrapada en el transcurrir de la peli sin poder parar de reír, refugiada tras las carcajadas de mi compañera de asiento que, por suerte, era mucho más escandalosa que yo. Desde que amanece, apetece era el título (que, por cierto, me hizo sentir ausencias). Con Gabino Diego, Arturo Fernández y Loles León... Y yo, aparte de por lo cómico de la historia, no podía parar de reírme identificándome con Gabino, que era un pobre muchacho de un remoto pueblo asturiano al que sus padres mandaban a la capital con una empanada casera para que prosperara y se hiciera un hombre (y vamos si lo hizo...) y para dos o tres cosinas más.
Me imaginaba yo -que no sabía ni a dónde venía porque la amiga con la que me quedo iba a recogerme a la estación y no me había dicho ni dónde vivía- saliendo de una parada de metro en un barrio chungo y encontrándome en un Madrid que nada tenía que ver con el que me había imaginado, teniendo que llegar a las situaciones más disparatadas para poder permitirme seguir en la ciudad hasta el miércoles e ir al Ministerio a coger mi plaza. Y me descojonaba yo sola. Más aun si me venía alguna ráfaga de aire con aroma a queso o lomo...
Pero nada más lejos de la realidad, al llegar, la pequeña Judith me esperaba como siempre, monísima y charlando por su blackberry mientras se colocaba el flequillo. Me trajo a su casa de un barrio bonito, me acogió con hospitalidad (y no como Arturo Fernández a su pobre sobrino) y después de comer y con los pies en la mesa, ambas nos pintamos las uñas de manos y pies, para que tampoco me quedase duda a mí, por mucho que venga del pueblo (del mío y del suyo) de a dónde he venido a parar (y porque nunca se sabe con cual de los veinte dedos tendré que pulsar el botón).
Y después, a disfrutar Madrid, que la estancia es corta.
Llegué el viernes, me vine en bus en un viaje que rozó las siete horitas. Y para no dejar duda de quien soy y de donde vengo, en mi macuto, dos bocatas olorosos, uno de lomo y otro de queso de cabra, hechos con amor por mi buena madre, que a las siete de la mañana me revolvían las tripas, pero que a las doce me cayeron como agua de mayo y me devolvieron la vida. El glamour ya vendrá cuando tenga que venir.
Venía yo con mi libraco, del cual no me queda mucho y que pensé zanjaría en el camino, pero el señor autobusero tuvo a bien ponernos una película... y yo, que en principio no mostré mucho interés, entre otras cosas porque iba sentada delante (donde les gusta a las viejitas) y para ver la pantalla tenía que estrujar mis delicadas cervicales como si fueran un muelle, acabé atrapada en el transcurrir de la peli sin poder parar de reír, refugiada tras las carcajadas de mi compañera de asiento que, por suerte, era mucho más escandalosa que yo. Desde que amanece, apetece era el título (que, por cierto, me hizo sentir ausencias). Con Gabino Diego, Arturo Fernández y Loles León... Y yo, aparte de por lo cómico de la historia, no podía parar de reírme identificándome con Gabino, que era un pobre muchacho de un remoto pueblo asturiano al que sus padres mandaban a la capital con una empanada casera para que prosperara y se hiciera un hombre (y vamos si lo hizo...) y para dos o tres cosinas más.
Me imaginaba yo -que no sabía ni a dónde venía porque la amiga con la que me quedo iba a recogerme a la estación y no me había dicho ni dónde vivía- saliendo de una parada de metro en un barrio chungo y encontrándome en un Madrid que nada tenía que ver con el que me había imaginado, teniendo que llegar a las situaciones más disparatadas para poder permitirme seguir en la ciudad hasta el miércoles e ir al Ministerio a coger mi plaza. Y me descojonaba yo sola. Más aun si me venía alguna ráfaga de aire con aroma a queso o lomo...
Pero nada más lejos de la realidad, al llegar, la pequeña Judith me esperaba como siempre, monísima y charlando por su blackberry mientras se colocaba el flequillo. Me trajo a su casa de un barrio bonito, me acogió con hospitalidad (y no como Arturo Fernández a su pobre sobrino) y después de comer y con los pies en la mesa, ambas nos pintamos las uñas de manos y pies, para que tampoco me quedase duda a mí, por mucho que venga del pueblo (del mío y del suyo) de a dónde he venido a parar (y porque nunca se sabe con cual de los veinte dedos tendré que pulsar el botón).
Y después, a disfrutar Madrid, que la estancia es corta.
miércoles, 6 de abril de 2011
Dedos
Los actos de asignación ya comenzaron. En un Ministerio de Sanidad que yo todavía desconozco, un ordenador, supongo, con una tecla de intro como la de cualquier otro que saliera de la tienda, es pulsado cada x segundos de tal hora a tal hora por futuros especialistas de la medicina española. Unos irán más seguros, otros más temerosos... algunos todavía pueden permitirse el lujo de llegar tarde.
Mientras tanto, mientras ese intro es pulsado cada x segundos por un dedo diferente, ora uno tieso como una vela, ora uno blandengue como un flan, luego otro suave como el culo de un bebé o uno más sudoroso que un pollo... el resto, los rezagados, los que aun pasaremos unos diítas más en casa sin saber qué será de nosotros, dedicamos las mañanas y las tardes, desde el anonimato, a pulsar F5 casi siempre con el mismo apéndice articulado, una vez y otra. Y otra y otra y otra. Algunos temblando más que cualquiera de esos que le dan al intro. Con la pestaña del facebook al lado, comentando al instante la jugada.
Yo, la verdad, lo hago por puro entretenimiento... pero ya me estoy aburriendo. Sólo quiero que llegue mi día y cerrar por fin, con mi dedo, este capítulo interminable. Y dar comienzo a uno nuevo y mejor.
Mientras tanto, mientras ese intro es pulsado cada x segundos por un dedo diferente, ora uno tieso como una vela, ora uno blandengue como un flan, luego otro suave como el culo de un bebé o uno más sudoroso que un pollo... el resto, los rezagados, los que aun pasaremos unos diítas más en casa sin saber qué será de nosotros, dedicamos las mañanas y las tardes, desde el anonimato, a pulsar F5 casi siempre con el mismo apéndice articulado, una vez y otra. Y otra y otra y otra. Algunos temblando más que cualquiera de esos que le dan al intro. Con la pestaña del facebook al lado, comentando al instante la jugada.
Yo, la verdad, lo hago por puro entretenimiento... pero ya me estoy aburriendo. Sólo quiero que llegue mi día y cerrar por fin, con mi dedo, este capítulo interminable. Y dar comienzo a uno nuevo y mejor.
lunes, 28 de marzo de 2011
O camiño de Santiago
Cuando aun andábamos inmersos en aquellos días de preparación mir que se me hace que quedan tan lejos aunque no haya pasado ná y menos, y empezábamos a hablar de planes y escapadas, en algún momento la propuesta de hacer el camino flaqueó. Era difícil ponerse de acuerdo y tampoco teníamos muy claros nuestros compromisos para estos meses de la metamorfosis. Finalmente, aunque con algunas bajas, logramos ponerle fecha, comprar un vuelo, cuadrar las etapas y por fin partir.
Con éxito, hemos vuelto de ese viaje tan hermoso (y bello, y léase con acento argentino), para mí tan diferente de como lo imaginaba, infinitamente mejor de como una lo sueña. También puede ser que el nuestro haya sido un camino atípico, no sé... un camino con muy poquitos silencios, cubiertos a cada paso por el completo repertorio musical que puedan albergar cuatro cerebros del ochenta y seis (ruidos corporales aparte).
Un camiño bastante menos espiritual de lo que cabría esperar, llenito de humor (y de amor, claro), amenizado por el inigualable trío que caminaba conmigo, pues éramos un cuarteto y ahora que digo teto... doy con una palabra que se adapta mejor al tema de conversación de nuestro peregrinaje.
Y he vuelto enamoradita. De Galicia, de sus paisajes, su acento, de su caldo con sus grelos, de sus hombres y mujeres, de sus vacas, sus aldeas, de sus hórreos, de su queso, su marisco, de su cerveza y su vino, de su ambiente, de su encanto...
Enamorada y un poquito embrutecida, renegando de este mundo "civilizado" de las ciudades, de estas islas de edificios grandes y de centros comerciales que nos separan del verdadero planeta en que vivimos y nos empujan al abismo de una espiral engañosa de consumismo y deshumanización y nos empobrecen por dentro haciendo encima que nos creámos mejores y más listos y más cool y más chics... y perdón si me flipo un poco.
Pero es cierto, es lo que pienso, sé que hay ciudades preciosas donde viven todo tipo de personas, con edificios bonitos y museos llenos de obras geniales y muy valiosas, museos que siempre me acaban aburriendo, por cierto. En el campo, más allá de los límites de las calles y las casas, las genialidades son los árboles y los ríos y el canto de los pájaros y el aire con el olor de los eucaliptos, aun con ciertas bocanadas de aroma a estiércol. Visitarlos es gratis, dicho sea de paso.
Y no estoy diciendo yo nada nuevo, ya lo sé, que no quiero tirarme pegotes, sólo digo que se nos olvida, que se nos pasa por alto cuando, en nuestro día a día de la vida cotidiana, lo que nos rodea no es un ambiente verde e ideal, sino las calles de asfalto, los semáforos, los coches, el humo, el ruido... para mí muy fríos. Y nos dejamos llevar y yo me pregunto ¿es compatible el sacar rendimiento a lo uno y a lo otro? Porque yo soy la primera que por ahora no va a poder permitirse el abandonar la vida del ruido.
Nos sentimos, a veces, perseguidos, por compañías de teléfono, por anuncios, por spam, por el facebook, por el tuenti... nuestros datos y fotos están por todas partes y poco podemos hacer ya. Yo en estos días, sin móvil ni internet, me he sentido tan libre! Decir que deberíamos volver a vivir sin ellos es una locura, yo soy la primera que aquí estoy, comunicándome con vosotros a través de la red... pero joder, qué bien se estaba sabiendo que sólo me podrían localizar si usaba (yo) una cabina de teléfono, qué bien durmiendo la siesta en un prado, desconectada del mundo...
Sin duda, este viaje para mí ha sido uno de los mejores que he hecho y creo que nadie debería quedarse con las ganas de vivir una experiencia así. Yo ya pienso repetir! Y si puede ser desde más lejos.
Eso sí, para la próxima vez ya sé que los gallegos tienen un concepto de las distancias y el tiempo distinto al del resto de España y si te dicen que quedan dos kilómetros, échale cuatro y si calculan que llegas en media hora, la hora y media no te la quita nadie.
Puedo contar muchas más cosas, pero creo que ya me estoy enrollando... decir sólo que marzo me ha parecido la fecha más estupenda para hacer el camino, más si tenemos en cuenta el tiempo que nos ha hecho, jeje... qué afortunadas, no nos ha llovido ni un día, es más, hemos pasado calor, hemos cogido moreno y yo hasta he tomado el sol en bikini... bueno, no exactamente en bikini, porque no llevaba... Llegar a los albergues sin presión también es una gran ventaja de ir en este tiempo.
Pisar por fin Santiago es una sensación difícil de expresar, que en mi caso además se vio distorsionada por el infortunio de no haber desayunado. Divisar la catedral, abrazar al santo... descubrir que es muy difícil encontrar a alguien que te haga una foto decente...
Y disfrutar el último día en Santiago, ver atardecer desde un parque ambientado, pasear un rato hasta la alameda, dejarnos llevar por una gallega juerguista hasta el bar no precisamente más refinado con un agujero por báter y beber y emborracharnos y volver a tumbarnos en la Plaza de Obradoiro para comprobar que la catedral no sólo se nos venía encima, sino que nos daba mil vueltas y, por último, dormir la mona y hasta mañana, que será otro día y, al fin y al cabo, habrá que seguir caminando.
Os dejo con esta cancioncilla de sonsonete pegadizo.
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miércoles, 16 de marzo de 2011
Me voy
Mañana bien tempranito me voy ya para Sevilla y pasado , más pronto aun, partimos para Galicia a comenzar el Camino!! Siento no haber escrito antes, quería haber contado muchas cosas en estos días, pero al parecer, cuanto más tiempo libre tengo, menos le dedico ya al blog... ay! Contaros cosas como que el otro día estuve haciendo limpieza en un cajón de mi mesilla (sólo en uno!) y me encontré mil historias olvidadas ya, cartas de amor, fotos de hace años, secretos que ni sabía que tenía ahí metidos y hasta condones de los que regalaba cruz roja juventud y que soñaba con usar algún día... contaros que en ese cajón me reencontré con una yo de otros tiempos y me sorprendió bastante descubrir que me he olvidado de muchas cosas. Ese mismo día, después de organizar el cajón y reesconder fotos y escritos de mi puño y letra que sigo queriendo que nadie me encuentre pero que no soy capaz de tirar, discutí con mi padre comiendo como hacía cuando tenía quince años y le contesté hasta que ya mi voz no podía y tuve que dejar de comer y subirme a mi cuarto y esconderme en mi mundo... y volví a encontrarme a esa adolescente que tantas veces se topó con la barrera del cerebro de papá y subía las escaleras llorando y pegaba un portazo que sabía que lo cabrearía más todavía. Pero ya no lloré. Y es que hace mucho que no pasaba tanto tiempo en casa, y ociosa... y esto tenía que reventar por algún lado.
En estos días, he querido hablaros de mis largos paseos, que se vieron chafados por un ejército de nubes cargaditas de agua que hasta que no han descargado la ultimísima gota no se han ido. Pero hoy ha salido el sol y he dado el último paseo en la mejor compañía del mundo y nos hemos encontrado unos borricos preciosos y tenía yo unas fotos pero que muy hermosas, pero como estoy escribiendo esto metida en la cama, apurando mi último rato de ordenador antes de irme mañana y tengo la cámara ya en la mochila, lista para captar escenarios gallegos... pues no las voy a poner hoy.También puedo contaros que tengo muchas, muchas ganas de comenzar por fin esta nueva aventura, de reencontrarme con las superwomen con quienes tendré el placer de ir, de pisar Galicia y por el caminito dejar mis huellas... como este Camino dejará huella en mí, cosa que no dudo.
Pues eso, que yo me voy, que me marcho, allá voy! Os dejo con los Cantares y os prometo que cuando vuelva contaré cositas de este viaje nuestro y que organizaré el otro cajón de la mesilla, con todo lo que esto conlleve. Un abrazo.
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miércoles, 9 de marzo de 2011
Trnd España. Proyecto Purina One.
Desde hace unas semanas estoy colaborando en un proyecto gracias a la comunidad trnd, que permite a sus miembros participar de forma activa en la prueba de productos y servicios nuevos y darlos a conocer. El proyecto en cuestión consiste en probar la comida de perro Purina One, no comérmela yo, que os veo las ideas, sino dársela a probar a mi perro y darla a conocer entre mis amigos y conocidos que gozan también de la compañía de un fiel can. De esta manera, mediante informes y cuestionarios que yo he de mandar a trnd, ellos sabrán las opiniones de los consumidores (bueno, vale, de los dueños de los consumidores en este caso) y las ventajas o inconvenientes que podamos verle al producto.
Así pues, aparte de informarles a ellos directamente, voy a contaros algo también por aquí. Lo cierto es que a Tana y a Ochi, a quienes ya conocéis, les ha gustado bastante el pienso de Purina One. Tana corre con mucha vitalidad, como siempre, pero su pelo luce quizás más bonito y brillante... En cuanto a Ochi, yo creo que su melena es indomable coma lo que coma, pero la verdad es que ahora tiene el pelo bastante suave. Es verdad que sus heces se han vuelto más compactas (hay que decir que Tana no era de hacer unas cacas como para tener que recogerlas con la bolsita en medio de la calle...).
En definitiva, creo que al final a las dos les ha gustado el cambio y por lo que sé, cambiar de pienso tampoco es algo que les guste mucho a los perros... Nada más. A los amigos bloggeros con perro y que suelo ver, os tengo guardada vuestra parte, eh, y espero que me ayudéis a seguir con el proyecto trnd. Y a los que ya os la he dado, espero que lo estéis aprovechando y me contéis qué tal.
Si queréis saber más, podéis hacerlo pinchando aquí.
Ah, dejo unas fotos perrunas, que sabéis que me encanta.
Y esto es todo, amigos!
En definitiva, creo que al final a las dos les ha gustado el cambio y por lo que sé, cambiar de pienso tampoco es algo que les guste mucho a los perros... Nada más. A los amigos bloggeros con perro y que suelo ver, os tengo guardada vuestra parte, eh, y espero que me ayudéis a seguir con el proyecto trnd. Y a los que ya os la he dado, espero que lo estéis aprovechando y me contéis qué tal.
Si queréis saber más, podéis hacerlo pinchando aquí.
Ah, dejo unas fotos perrunas, que sabéis que me encanta.
Tana devorando el pienso de Purina One
Ochi olisqueando la comida
Tana curiosa
Y esto es todo, amigos!
viernes, 4 de marzo de 2011
Paseos
Cada mañana me despierto y pienso... qué bien, ya pasó. Y me parece mentira que haya pasado también más de un mes.
Un mes sin estudiar.
Un mes de vacaciones.
Merecidas.
Benditas, soñadas, ultradeseadas.
Un mes de relax.
Esta semana he comenzado la Operación Camino y me he metido para el cuerpo unos buenos pocos de kilómetros para ir despertando músculos. He gozado algunos días de una grata compañía, aunque ayer se me dio de baja... Y hoy, cuando se ha marchado, no me han quedado más que Ochi y Tana, que son un buen par... Os dejo estas fotos y un video, a ver qué os parecen. Por cierto, que he mandado dos fotos al tiempo de tve, a ver si me ponen alguna dentro de un rato :) Lo que es estar ociosa... jejeeee.
Un mes sin estudiar.
Un mes de vacaciones.
Merecidas.
Benditas, soñadas, ultradeseadas.
Un mes de relax.
Esta semana he comenzado la Operación Camino y me he metido para el cuerpo unos buenos pocos de kilómetros para ir despertando músculos. He gozado algunos días de una grata compañía, aunque ayer se me dio de baja... Y hoy, cuando se ha marchado, no me han quedado más que Ochi y Tana, que son un buen par... Os dejo estas fotos y un video, a ver qué os parecen. Por cierto, que he mandado dos fotos al tiempo de tve, a ver si me ponen alguna dentro de un rato :) Lo que es estar ociosa... jejeeee.
No me digáis que no mola...
domingo, 27 de febrero de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
Saliendo del hoyo
Apenas tres días después del temido examen, por fin comenzó nuestro viaje. Y tras una noche muy corta, de pronto nos vimos en un taxi camino del aeropuerto con un taxista que intentaba sacarnos conversación, apenas a las cinco de la mañana...
A nuestra llegada, lo primero, frío, olvidos de parte del equipaje y señoras que intentan timarte al comprar un billete de tren. Superado todo esto... Brujas y su encanto de cuento de hadas.
Y su chocolate blanco, negro, etc..............Y su cerveza con su consiguiente brindis.
Por Brujas. Por nosotras. Por lo que pasamos y lo que pasaremos. ¡¡Y por cómo nos lo pasamos!!
viernes, 18 de febrero de 2011
Rareza
Vagabundeando por los archivos secretos, de nuevo me topo con una rareza que ni era consciente de que existiese... En el menú propiedades de este documento, dice que fue creado en febrero de 2010... hace ahora justo un año. Sin embargo, estamos ahora en situación tan distinta!! En periodo de transición... preparadas para la metamorfosis...
En la antrada anterior, ya perteneciente a mi nueva era ociosa, no hablé nada sobre el examen, que por fin ya pasó. Tampoco lo haré en esta, ya os contaré algo más adelante.
En la antrada anterior, ya perteneciente a mi nueva era ociosa, no hablé nada sobre el examen, que por fin ya pasó. Tampoco lo haré en esta, ya os contaré algo más adelante.
Os dejo con la rareza al fin y, os advierto, lo que vais a escuchar a continuación fue grabado sin ningún tipo de tóxico circulando por nuestra sangre [o al menos tóxicos exógenos], pero sois libres de pensar lo que queráis.
lunes, 14 de febrero de 2011
San Valentín
es un día un poco absurdo que preferiría tomarme con indiferencia, lo cual es imposible porque tendría que ser sorda, tendría que estar ciega o vivir en otro planeta. Empeñarse en obviarlo acaba en tenerse que cabrear, pues ya digo, a día de hoy esto es muy difícil. Y si te tienes que enfadar, es que ya no te resulta indiferente y a mí no me gusta enfadarme. Total, que para eso mejor aceptar lo que venga, si al fin y al cabo la cosa va de amor y amar. Y si también va de consumir, pues estupendo, aceptémoslo consumiéndonos, que no se diga, y consumámonos consumando.
Hace unos días en Ámsterdam nos topamos con esta simpática pareja y nos tomamos la libertad de robarles una foto. No creo que lleguen a enterarse, pero aun así espero que no les importe que de nuevo me tome libertades y la ponga aquí, sin otra intención que ilustrar la ternura del amor. Dondequiera que estén, les deseo que se consuman hoy y ese mismo deseo lo extiendo para el mundo entero.
Feliz San Valentín... Feliz San Calentín.
Hace unos días en Ámsterdam nos topamos con esta simpática pareja y nos tomamos la libertad de robarles una foto. No creo que lleguen a enterarse, pero aun así espero que no les importe que de nuevo me tome libertades y la ponga aquí, sin otra intención que ilustrar la ternura del amor. Dondequiera que estén, les deseo que se consuman hoy y ese mismo deseo lo extiendo para el mundo entero.
Feliz San Valentín... Feliz San Calentín.
martes, 25 de enero de 2011
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