¿Le conohco?
Ante estas palabras, salidas de las bocas de uno y otro al mismo tiempo, Coplero y Romancero se quedaron, como quien dice, pillaos. Aprovechando el momento, Calíope, que no se callaba ni debajo del agua, aprovechó, sin escatimar en detalles y yéndose por las ramas tanto como le venía en gana, para narrar y hasta escenificar toda la historia de nuestro amigo, desde el principio hasta este mismo punto en que ahora nos encontramos todos. Conforme iba revelando experiencias, la mueca del Romancero iba tomando el aspecto de más y más y más pillado. Tanto, que llegó un momento en que todo su cuerpo, de repente, se arqueó y formó una verdadera interrogación humana (sin punto).
"Calma, calma, angelito -le dijo a la puta con una voz firme a la par que melosa y seductora-, ¿me estás diciendo que este señor ha venido desde un tiempo futuro?"
"Lo sierto, mire uhté, que ése no eh er punto mah importante de la hihtoria, no sé si eh que no me ehplicao..."
El Romancero, sin creer lo que escuchaban sus oídos e ignorando la interrupción, siguió investigando con la mirada perdida en algún punto de la pared... "Y dices que una vez aquí ha encontrado su yo verdadero y se ha enamorado por fin de una joven que no corresponde a su amor y sobre la cual pesa una terrible maldición gitana que le impedirá amar a cualquier hombre?
Calíope, admirada por tanto detalle como había logrado retener el erudito, que normalmente hacía caso omiso a sus explicaciones, por una vez se quedó callada y con la boca abierta, asintiendo solamente con la cabeza.
"Una historia interesante la suya, Coplero. Lo cierto es que desde que la escuché había querido volver a encontrarlo... Sí, lo admito, en parte ya la conocía, ¿recuerda la otra noche en el bar? Cuando reconfortado por el calor del vino se animó y contó todo eso de que viene de otros tiempos y que no es homosexual!" -el Coplero hizo memoria... ciertamente, entre todos los hombres que rompieron a reír, hubo uno, uno al fondo de la barra que bebía solitario su copita de coñac, que permaneció sereno y sin quitarle la mirada-. Quise volver a encontrarle, amigo mío, porque sé cómo ayudarle... Más bien sé quién es la responsable de lo que le está ocurriendo y que es ella, sólo ella, la que podrá reencauzar su misteriosa historia. Mas tendrá que elegir, la joven o su vida pasada... quiero decir futura... Sólo una de las dos cosas le podrá proporcionar".
Ahora los interrogantes eran Coplero y Calíope. ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Dónde? y ¡¿Por qué?!
"No es un genio de la lámpara al que le pidáis deseos, no, no, no, nada de eso. ¡Es el Triunfo de la Fe! Y sólo cuando ésta verdaderamente triunfe en vuestros corazones... ¡sólo entonces os concederá el favor! ¡Es la giganta de Sevilla, tan valiente y fuerte como hecha de bronce, como dijera don Miguel...!"
CONTINUARÁ
5 que dejaron huella:
el romancero tiene la clave???no puede ser!!!!y que pinta el giraldillo??
Charada, hay que explicártelo todo con peros y señales?
Y yo pondré el interrogante que falta.
¿cuando?
sip!!!ya sabes que para unir cosas soy lo peor!!y no te enfades, que pierdes lectores!!
uffff charada, a ver si dejamos de estudiar x las noches que no conectamos ideas...jajajaja
q chuuuuuloooooo!!!!ayyy me gusta me gusta!!!
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